1. Un clavo saca otro clavo


    Fecha: 13/12/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... al tiempo que veía a su chico lamer mi vientre, dejando un rio de brillante saliva hasta enterrar la lengua en mi coño. Su sexo oral era torpe, sin lógica alguna; pero fue el morbo de la situación lo que potenció mi sensibilidad. No pude decir nada, simplemente me mordí el puño y continué disfrutando las vistas de verle comiéndome el coño-. Las últimas dos llamadas que he tenido con él, han sido muy frías. Lo he notado distante –Su lengua lamió mi clítoris como un perro lame la cara de su amo-, borde –Sus dientes mordisquearon con suavidad los labios-, resentido –su lengua se metió en el carnoso orificio y buscó a ciegas mi punto g-… No sé que hacer.
    
    — Dale tiempo, Nicole –trate de decir al tiempo que suprimía los gemidos de mi garganta. Fue un milagro que no notase nada raro-. Ya te dije que necesita vengarse…
    
    Las uñas de mi amigo se clavaron en mis muslos y empezó a hacer un ruido de succión que amenazó con ser oído por Nicole. Entré en pánico al pensar que el resentimiento de mi amante podía hacer que hiciese una locura, delatándonos a ambos y haciendo saber a la chica al otro lado del teléfono lo que pasaba.
    
    — Me sentí como una celosa compulsiva cuando me llamó antes y oí… Eso.
    
    — Ya te dije que quería castigarte –confesé gesticulando caras obscenas, sacando la lengua, perdiendo mis ojos en el interior de mis parpados, entre cerrando el ceño mientras formaba una ``o´´ con mis labios. Quería gemir y mi única manera de explotar era haciendo esas muecas.
    
    — No ...
    ... soporto la idea de que hagáis algo… Te considero mi amiga.
    
    — Yo nunca… -comencé a decir, justo cuando sin previo aviso su chico metió en mi coño dos dedos. Su lengua pasó a jugar con mi botoncito del placer.
    
    De repente, se me ocurrió una pregunta. No fue por malicia, sino por sentir la necesidad de hacerla. Como si fuese una cuestión que, de no ser escrita ni preguntada desaparecería para siempre. Simplemente lo pregunté, de manera impulsiva.
    
    — Nicole… ¿Continuaste hablando con ese chico? –hubo un silencio, y dije-. Pablo está dormido… No le diré nada.
    
    — Me he sentido sola desde el domingo… Sí, he platicado con él. No he quedado con él ni he hecho nada, te lo prometo.
    
    Por un momento, al oír esa confesión, temí que Pablo fuese a delatarme o a increparla, pero en lugar de eso se reincorporó y agarró su polla apuntándola contra mí. Abrí la boca, pero no se me ocurrió que decir… Admiré su dureza y supe que iba a desquitarse conmigo. Intuía que estaría cabreadísimo con Nicole al escuchar eso, pero yo iba a ser su saco de boxeo.
    
    — Como se entere Pablo… -fue lo único que logré decir antes de que este me comiese la boca y su polla se clavase hasta el fondo. Oía de fondo la voz de Nicole contándome cosas, sin poder entender nada de lo que dijo. Las embestidas fueron torpes, lentas y silenciosas. Su boca se convirtió en un silenciador para mis gemidos. Recuerdo como me sorprendía que Nicole no escuchaba los obvios y obscenos choques de nuestras carnes.
    
    Puse los ojos ...
«12...192021...31»