Un clavo saca otro clavo
Fecha: 13/12/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... follármelo ese lunes. ``Le eché los perros´´ como solía decir en Colombia.
— ¿Un arroz con tomate?
— ¿Estás tonto? –articulé alegre-. Algo ligerito, porfa.
— Te hago un bocadillo de… lo que sea.
— Me vale –aceptaba al tiempo que me subía de un bote a la encimera de mármol frente a la nevera. Noté el frio de la encimera contra mi ardiente culo, aunque mantuve los muslos juntos para no ser tan descarada.
Estaba ya partiendo el pan por la mitad cuando le pregunté por Nicole.
— Le he pedido un tiempo. No va a volver a ser lo mismo –aprobé su respuesta.
— A ver si es verdad –dije estudiándome las uñas de mi mano derecha.
— ¿Qué has querido decir con eso?
— Ya van dos veces que has dicho que te gustaría follártela.
— No he dejado de desearla –hizo una mueca de confusión-. Lo que se ha roto es mi confianza hacia ella.
— Si lo que quieres follar… Fóllate a otra –al ver que me iba a contestar, por eso, empecé a decir algo antes de que me interrumpiera:-. Dicen que un clavo…
— No conozco a ninguna otra ahora mismo, Rita. Y no me apetece buscar –su respuesta me sentó como una patada en el estómago, pese a que añadió al poco:-. ¿Y tú… Podrías ponerte algo menos provocativo? No soy de piedra.
Solté una risa tonta, confusa por mis cambios de humor tan estúpidos. Había estado a punto de insultarle.
— Me siento cómoda así –musité separando unos milímetros las piernas, demasiado juntas como para que él percibiese mi coño apuntando hacia él-. ...
... Además… No es la primera vez que me ves desnuda.
— Pero ahora no tengo novia…
— ¿Y Nicole que es?
— De momento es mi ex.
— Soy tu compañera de piso, y tu amiga. No estaría bien –Era más que evidente que lo estaba tanteando, aunque no pareció darse cuenta.
— Por eso lo digo… ¿Podrías taparte un poco más?
— ¿Y si no quiero?
— Rita, por favor.
— Hazte una paja –le animé con descaro-. ¿O quieres que te la haga yo?
— ¿En serio?
— Pensé que esto te animaría un poco, y parece que no me equivocaba –terminé de decir mirándole sin que se diese cuenta el bulto que empezaba a apreciarse bajo el pantalón-. Solo te estoy jodiendo –repliqué bajándome de la encimera-. Anda trae… Como se nota que los tíos no podéis hacer bien dos cosas a la vez.
***
En medio minuto, lo tuve listo. Le di un mordisco triunfante saboreando la mezcla entre el pan, el aceite de oliva, el queso y el jamón dulce.
— ¿Tanta hambre tenías?
— Tengo mucha hambre –le corregí, aunque evité hacer ninguna broma sobre lo que habría preferido comerme.
Para cuando terminé mi bocadillo, él ya había acabado el suyo y empezó a comérselo al tiempo que nos sentábamos en el sofá. Acaparó toda la manta, por lo que me limité a sentarme espatarrada. Intuí que estaba tratando de evitarme, porque mi desnudez era sutil aunque evidente.
De nuevo, volví a pillarlo –sin que este se diese cuenta- mirándome más de la cuenta. No podría mentir sobre eso, me encantó sentirme deseada por él y ese juego de ...