1. Cuatro hombres diferentes me probaron aquel día.


    Fecha: 30/12/2022, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... habría mostrado por encima de mis mallas.
    
    Jose, que resultó llamarse el hombre, estaba nervioso y comenzó a preguntarme cosas. Yo le contesté a todas, y al ver que estaba solo en la casa… pensé en jugar un poco con él e irme rápidamente. Me encanta ser mala. Así que, tras preguntarle yo a él si efectivamente estaba solo, y si le apetecía que le enseñara un par de trucos… os podéis imaginar lo que pasó. Até a Luna de la correa a la entrada de la casa y pasamos. Él ya sabía que no teníamos mucho tiempo, así que se lanzó sobre mi y empezó a tocarme toda. Yo lo aparté y le dije que las reglas las marcaba yo, y acto seguido bajé mis mallas y mi tanga, me abrí de piernas sentada en un sillón que había en la entrada, y le invité a darse un festín.
    
    Jose se arrodilló delante y empezó a chuparme con devoción mi raja, dando grandes lametazos a lo largo de todo el coño, los cuales me hacían respirar y bufar como una cerda. Me giré un poco colocándome de lado y con mis manos abrí mis cachetes, ofreciéndole ahora mi agujero trasero, el cual también se lanzó a chupar rápidamente. El beso negro que me estaba haciendo me estaba poniendo cachonda perdida, pero tampoco quería estar mucho tiempo fuera y que la gente empezara a llamarme o sospechar, así que le pregunté a Jose que cómo quería correrse y qué quería hacer, que me tendría que ir en cinco minutos.
    
    Él, que no tenía pinta de ser tonto, me pidió que le dejara darme por el culo. Me encanta que me den por detrás, pero quizás ...
    ... en aquel momento no sería la mejor idea, ya que requiere de una preparación y no estaba segura de poder correrme con tan poco tiempo (y me apetecía). Se lo expliqué pero me lo volvió a pedir, mientras que su lengua y dedos jugaban con mi ojete en aquel sillón. Así que… dicho y hecho. Cogí a Jose y lo senté en el sillón sin decirle nada, bajé rápido sus pantalones y salió ante mí una polla muy normalita, aunque gorda. Estaba completamente dura y soltando mucho líquido preseminal, así que la lubriqué con mi lengua con un par de lamidas y me la incrusté hasta la garganta, manteniéndola así durante unos 10 segundos para que estuviera bien húmeda y preparada.
    
    Una vez el rabo estuvo listo, la cogí y me puse de espaldas a él. La llevé hacia mi agujero y fui dejándome caer lentamente, llevando yo el ritmo de la penetración. Tras unos instantes, y ayudada por la comida de culo que me acababa de dar, su polla estaba totalmente dentro de mí. Empecé a saltar lentamente mientras que Jose se agarraba a mis caderitas, para ayudarme en la follada. Sus gemidos no tardaron en aparecer, ya que mi apretado agujero le propinaba un placer indescriptible, o eso decía él mientras echaba la cabeza hacia atrás como un cerdo. Yo, aunque comenzaba a disfrutar, sabía que sería muy difícil correrme y no había demasiado tiempo, así que me centré en saltar con más ritmo para conseguir que Jose soltara su leche lo antes posible. La enculada duró un par de minutos más, hasta que noté como mi compañero de ...
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