1. Médicos sin Frontera


    Fecha: 01/01/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cómo para la malaria no teníamos nada efectivo tampoco le insistíamos mucho.
    
    Del interior llegaban más y en peor estado, esperaban a lo último, pero tampoco no como para no poder atenderlos.
    
    Así estuvimos los primeros tres meses. Zulema me había tomado cómo su auxiliar y la verdad que era un gusto, era amable, sabía hacerse entender con cordialidad y nos enseñaba sin ostentación. La parte de enfermería eran más competentes que nosotros, casi no había que decirle nada. El único que daba la nota era el Dr. Jorge Fuentes. Venía de una familia de médicos y creía que la medicina le había caído por herencia, había estudiado por compromiso, se ocupaba de mirarnos más a nosotras que a los pacientes. A mí ya me había tirado los tejos, pero la presa principal era Zulema, y a por ella iba. Después de poco tiempo nos tuteábamos todos menos Jorge. A él los enfermeros tenían que tratarlo de Ud. por respeto y nosotras lo tratábamos igual por asco.
    
    Todo marchaba medianamente bien hasta que empezaron a marchar regular. Una mañana sorprendí a Zulema discutiendo con Jorge, no quise interrumpir y me quedé escuchando
    
    - Mire Dr esto va cómo un aviso, la próxima vez que me toque el culo le voy a cortar los huevos
    
    - Eh…no es para tanto, hace más de tres meses que estamos aquí, capaz que conmigo te haces la estrecha y te sacas el gusto con Mboto o algún negro de aquí.
    
    - Para su información le digo que no me gustan los hombres, pero si tuviera que elegir me quedaría con Mboto ...
    ... o con cualquier otro negro antes de una basura como usted.
    
    - Ah…eres una lesbiana de mierda – cómo se puso Zulema, tomó un bisturí de la mesa y se lo puso en la garganta
    
    - Mira hijo de puta, soy lesbiana y no tengo vergüenza de serlo, pero cómo te sigas metiendo conmigo vas a ser un travesti operado, entiendes – Jorge se quedó pálido apretado contra la pared, si, si, contestó tartamudeando – pues que te quede, y desde hoy me tratas de Usted, ¿comprendido?
    
    No hace falta decir que el Dr. Fuentes quedó acojonado. Quizá se dio cuenta que de su lado no tenía a nadie, pero cómo buen cabrón que era esperó su oportunidad.
    
    Si eso era un problemilla de entrecasa, la situación por ese lado se estaba poniendo gris oscuro.
    
    La organización Boko Haram habían secuestrado un buen número de niñas y las habían llevado ya se sabía para qué. Los ataques eran sorpresivos y los cascos azules, cómo los bomberos, llegaban cuando el fuego ya estaba prendido. Nos empezaron a faltar provisiones y medicinas, igual nos arreglábamos bastante bien. Si los de la aldea podían vivir nosotros también, y Mboto y Toure eran especiales para andar entre los aldeanos y Casimiro hacía milagros con lo que le traían.
    
    Una mañana llegó un jefe de los soldados y nos explicó que se estaban poniendo feas las cosas, a los terroristas les habían llegado armas de Libia y cada vez eran más osados, ellos hacían lo que podían para protegernos, pero no estaban tan cerca, así que mejor que nos ayudáramos un ...
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