El Regalo: Un antes y un después (Primera parte)
Fecha: 02/01/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
—¡Buenos días amor! —Le dije a mi esposo una madrugada del comienzo de julio. — ya tengo listo el desayuno y los niños están terminando de alistar sus maletines. Y me lancé entre sus brazos para besarlo y demostrarle todo mi cariño a modo de… ¿Compensación?
—Buenos días mi cielo, tú tan linda como siempre. Gracias, mi vida. ¿Qué tal tú noche? ¿Descansaste bien para empezar esta dura semana? —Me respondió Rodrigo, abrazándome por mi cintura y dejando caer su boca en un ligero beso sobre mis ya pintados labios y posteriormente una palmada en mi nalga derecha, acercándose a la mesa del comedor.
—Hummm, más o menos bien pero no soñé contigo si es lo que quieres saber. No tuve en verdad bonitos sueños mi amor. Estoy preocupada en verdad. —Y terminando aquellas palabras, bajé mi mirada.
—¿Y eso? Pesadillas o… —miré entonces a mi esposo y con un pequeño puchero le respondí a su pregunta de manera afirmativa. Rodrigo me tomo de las manos y me besó en la frente. Levanté mi rostro y le di un beso en su boca, en señal de agradecimiento por su preocupación.
—Amor, sucede que mi jefe últimamente, más o menos unos dos o tres meses atrás, ha llegado a la oficina de muy mal humor y bastante ajeno a las prioridades; pensativo y lejos de los asuntos de financieros que requieren de su oportuna atención. ¡Pufff! suspiré, virando mis ojos cafés hacia la pared de la sala donde estaban colgados varios retratos, entre ellos uno donde Rodrigo y yo, reíamos abrazados. —De hecho esta ...
... semana tenemos programadas unas reuniones con unos altos ejecutivos que quieren hacer algunas inversiones en la compañía y además lo están requiriendo de las oficinas en Lisboa y Londres.
—¿En serio? Ya se le pasará. —Rodrigo sin mirarme, dando sorbos cortos a su taza de café, respondía sin un atisbo de importancia en su rostro, a lo que yo le contaba de mi jefe. Sin embargo, se detuvo antes de tomar una rebanada de pan para no perder de vista a mis ojos y continuar diciéndome… —Humm, pues eso debe ser por lo que está de mal humor. Igual ese es su estado natural según me has contado. ¿Cómo son las palabras con las que lo defines?... ¿Pedante y huraño? Desde que no te moleste ni te haga sentir mal, allá él.
—Sí mi vida, pero estos últimos días ha estado peor. Está muy cambiado. No se concentra en la oficina y he tenido que revisar continuamente los informes que prepara para arreglar uno que otro error y créeme, eso en él, es bastante extraño. De hecho llegó el miércoles pasado de su visita a las oficinas principales en Nueva York y la sensación que ellos se llevaron de mi jefe fue muy similar a la mía. Redactó unos informes y dejó algunos vacíos, obviamente tuve que salirle al paso a esos comentarios, recalcular ciertos fallos que sin ser muy importantes, podrían afectar su intachable imagen. Así que me comprometí para arreglar ese informe posteriormente.
—¿Por eso te demoraste en salir el viernes pasado? —Me inquieté en ese momento y me separé de la mesa del comedor, ...