1. El Regalo: Un antes y un después (Primera parte)


    Fecha: 02/01/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... Tranquila que yo me encargo de los niños. — Y con un beso en las mejillas y un abrazo, me despedí ese día de mis hijos y otro más prolongado, lleno de mi amor en sus labios para mi Rodrigo y un sentimiento de culpa me embargó.
    
    —¡Gracias mi amor! Tu siempre tan comprensivo. Es algo urgente que necesita ser firmado por don Hugo antes de mediodía. ¿Si porfis? Y puse mi carita de niña buena, achinando mis ojos y arrugando la nariz, lo que siempre mataba de ternura a mi amado esposo mientras abría la puerta dispuesta a salir corriendo.
    
    —¿Silvia?... —y me giré antes de cerrar la puerta para mirarlo.
    
    —Te amo, cuídate mucho y me llamas más tarde.
    
    Le sonreí agradecida y cerré aquella puerta de madera caoba y de mi bolso tomé el móvil y abrí la aplicación para solicitar el servicio de transporte, mientras el ascensor dividía en dos, sus angostas puertas.
    
    Al llegar al edificio por la zona de Azca, tomé mis llaves y la identificación para marcar mi entrada ante el guarda de seguridad, que me sonrió como siempre amablemente y mis pasos presurosos me llevaron hacia los elevadores para acudir al piso décimo. Sola en el ascensor, mirándome en el espejo, me quedé pensativa, rememorando y buscando en mi interior, las palabras que debía pronunciar para aclarar aquel mal entendido. ¡Porque lo fue! ¿O no?
    
    Y se abrieron silenciosas las puertas dándome acceso inmediato al hall principal. Me fijé que no había llegado ninguna compañera de trabajo aún, solo la señora de la limpieza ...
    ... estaba esperando fuera de la oficina para ingresar. Yo tenía las llaves y la clave de la alarma, como autorizada para abrir. Nos saludamos las dos como siempre, con un beso en la mejilla y un leve abrazo. Pero al colocar la llave en la cerradura, me di cuenta de que ya alguien había ingresado. Un solo giro y la puerta nos permitió el ingreso. La alarma no se activó. Alguien había llegado más temprano y la había desconectado. ¿Mi jefe tal vez?
    
    Enseguida dejé mi bolso sobre mi escritorio, el abrigo lo colgué sin cuidado alguno del espigado perchero y miré hacia el ventanal que me apartaba de la oficina de mi jefe. Las persianas estaban completamente cerradas al igual que la puerta donde se leía claramente en el dorado letrero: Hugo Bárcenas y Esguerra, un poco más abajo de su nombre el cargo… «Director Financiero». Él debía estar allí, seguramente animado a terminar con lo que dejamos pendiente la tarde del viernes anterior. ¿Pensativo tal vez? Tomé mi taza y me encaminé hacia la cocina, me apetecía un té para iniciar la jornada. Larga iba a ser.
    
    Mientras se calentaba el agua en la tetera, recordaba los momentos de aquella tarde. Ese día en particular mi jefe había estado más distante que de costumbre, se le notaba agotado tal vez por el largo viaje y en su mirada no había brillo, solo tristeza y melancolía. No lo estaba pasando bien, esa mañana ni siquiera se había tomado la molestia de saludar a nadie. Algún problema de índole personal lo atosigaba. Y yo, sin quererlo me ...
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