1. El anonimato es afrodisíaco


    Fecha: 04/01/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... Pues, no sé. ¿Cómo así que no sabes? Pues sí; no hemos hablado nada ni ha habido ninguna propuesta, de modo que puede pasar o no puede pasar. Y ¿tú que crees? No sé, dijo ella. Bueno, pregunte sonriendo, ¿te lo quieres follar? ¿Si o no? Si, dijo ella.
    
    Está bien. ¿Y él sabe que yo soy parte del decorado? Es que no hemos hablado nada de eso, dijo ella. A ver si estoy entendiendo, dije. Él no te ha propuesto nada, ni te ha sugerido nada y tú lo que pretendes es traerlo aquí, seducirlo y, si se da, follar con él. ¿Cierto? Si, respondió. Y ¿cuál es la premura? Se van mañana, dijo ella. Y, ¿a qué hora quedaron de encontrarse? El aún no sabe. ¿Cómo así? Pues, no, aún no le he dicho. Y, entonces, ¿en qué momento pensabas decírselo? Quedamos de encontrarnos para cenar. ¿Tú y él, solos?, pregunté sorprendido. ¡No! bobo, los tres, como ayer. Ya decía yo que eso estaba raro.
    
    Bueno, vamos a hacer una cosa, indiqué. Nos encontramos en la famosa cena, pero, yo me hago el despistado y me voy, y los dejo solos para que puedan ponerse de acuerdo. No le digas que yo voy a estar presente, porque de pronto no se siente cómodo y desiste. Pero ¡yo no quiero estar sola! dijo ella. Bueno, lo que podemos hacer es que yo me acomodo en uno de los asientos que hay en el balcón, en un rincón, y cerramos las cortinas, de modo que él no me vea. Tú haces tú show y, si cualquier cosa, yo estaré ahí para intervenir. Pero, ¿qué le digo? Que hay unos compañeros de trabajo también alojados en este hotel, ...
    ... que quise pasar a saludarlos y que de seguro me demoro. Y, si llega a verme, pues le dices la verdad. Si él decide continuar, bien. Y, si no, pues lo siento; otra vez será. Pues sí, me parece, dijo ella.
    
    Fuimos a la zona de restaurantes y, como era de esperarse, el señor estaba atento, chequeando la gente que llegaba al lugar. Cuando nos vio, rápidamente se acercó a saludarnos. Hola, Laura, ¿cómo la has pasado el día de hoy? Bien, respondió ella, descansando. ¿Y usted?, pregunté yo. Bien, pendiente de los arreglos de última hora, porque ya mañana nos vamos. ¿Tan rápido? Pues, no tanto, ya completamos una semana aquí. Y, mientras conversábamos, nos fuimos acomodando en una mesa.
    
    Bueno, profe, dije, y ¿cuál es la mayor responsabilidad cuidando estos muchachos? Son varias. Primero que todo, debemos estar atentos a que no vayan a sufrir un accidente, por imprudencias o por actuaciones temerarias o impulsivas. Y, segundo, estando atentos que no se vayan a involucrar sexualmente, sin protección, y no tengamos embarazos indeseados que lamentar. Y es que ¿eso sucede frecuentemente? No es lo corriente, pero si hemos tenido casos, y todos ellos se han dado cuando comparten juntos en este tipo de eventos; la compañía, el baile y el compartir hacen subir la calentura y uno nunca sabe qué pueda pasar.
    
    Hablamos de varias cosas, pero, como habíamos acordado, yo tenía que ausentarme para que ellos pudieran hablar sin interrupciones, así que me despedí, diciendo, de una vez, que me iba ...
«1...345...8»