El regalo: Un antes y un después (Undécima parte)
Fecha: 14/01/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... no. Espera voy a buscar algo donde anotar.
…
—Jefe, me alegra que hablara con Albert. Tome nota de lo que él le aconseja. Ya verá que es por su bien, mejor dicho jefe, para su familia. —Y esperé la reacción en el rostro de mi esposo al enterarse de que hablaba en frente de él con el hombre que me había tentado–. Quería esa noche darle tranquilidad.
—Claro que sí, me respondió cordial mi jefe para luego proseguir con una nueva información. —Esperemos que salga todo muy bien. Por cierto Silvia, te van a llegar mañana unos documentos de una de las empresas nuevas. Ya sabes, la del inversionista de Turín. Los puedes ir revisando y verificas la situación financiera, con eso me podrás brindar tu diagnóstico sobre el desempeño de los dos últimos trimestres–. Terminó por decirme don Hugo. Y Rodrigo revisaba algo en su ordenador.
—Perfecto don Hugo, como usted diga. Luego, supongo que usted analizará en detalle la solvencia de esa empresa y medirá la condición patrimonial a corto plazo, no es verdad. —Y mi jefe sonriendo me respondió…
—Exactamente, por eso eres mi mano derecha. Juntos lo haremos la otra semana mi ángel. —¡Mierda! Y aquí íbamos de nuevo y con mi esposo cerca, escuchando todo. Inmediatamente voltee a verlo y efectivamente estaba Rodrigo concentrado, mirándome y pendiente de la conversación.
…
Este tipo tan abusivo, pensé. ¿Cómo así que su ángel? Y Silvia no le recriminó nada. Tan solo me miró angustiada cuando su jefecito le dijo aquellas ...
... palabras. Y Paola nada que volvía a la conversación. Debía como siempre, sentar un precedente…
—Silvia mi amor… ¿No has visto mis auriculares? No los encuentro por ninguna parte. —Y puse en mis labios mi mejor sonrisa de picardía.
Silvia lo notó, y yo estuve casi seguro de eso, creo que comprendió sobresaltada que yo deseaba que su jefe supiera que yo estaba allí y que «su ángel» era mi amor. Más no contaba yo, con que ella se sintiera incómoda por mi súbita intromisión y entonces se acomodó el cabello en una trenza improvisada encaramándola sobre su cabeza y después de dos vueltas, se lo dejó caer coquetamente sobre la parte delantera al costado derecho, pero al hacerlo y levantar el brazo libre, la bendita camiseta se tensó, dejando expuesto la tirantez de su endurecido pezón. ¿En venganza por mi llamada tan extraña para ella?
—Ehhh, no recuerdo haberlos visto. Es que como «últimamente» todo lo dejas tirado por ahí, pues se te pierden con ese desorden tuyo y vaya uno a saber cuál de tus «compañeritas» de oficina, los puede haber recogido. —Me respondió mi esposa tranquilamente, pero haciendo especial énfasis en dos palabras. Últimamente y compañeritas. ¡Golpe bajo!
Y bien eso tenía yo que devolverlo. Así que ni corto ni perezoso, también realicé una llamada pero esta vez desde mi portátil y con video. A grandes problemas, grandes soluciones. Bueno esa fue la idea inicial.
…
—Oye Silvia lo siento, no pensé que tu esposo estuviera por ahí cerca. —Me habló mi jefe ...