El regalo: Un antes y un después (Decimosexta parte)
Fecha: 07/02/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
—¡Ayyy, que pecadito con Amanda! Tener que dejarla a cargo de la oficina mientras nosotras nos vinimos a escoger la ropa que me llevaré a Turín. —Le dije a Magdalena mientras ingresábamos al piso y sobre el espaldar de una silla del comedor, dejaba mi bolso y el abrigo.
—Mujer… ¿Quieres algo de beber? Y acomoda tus cosas por ahí sin problema. —Magdalena miró a su alrededor y finalmente al igual que yo lo hice, colocó su abrigo en un brazo del sofá y luego se sentó en la esquina opuesta.
—Ni café ni té, Algo más fuerte podría ser. Y por esa loca no te preocupes cariño. ¡Vamos! Que Amanda me ha contado antes de salir, que esta noche se va con su compañera de piso a buscar follón por ahí. —Me respondió Magdalena desde la sala, en tanto que yo abría el refrigerador buscando que poder ofrecer a mi amiga.
—Tengo vino, cerveza y aguardientico. ¿Qué prefieres? —Magda, se colocó en pie y se acercó hasta el mesón y mirándome de manera algo extraña, sin dudarlo eligió la botella de aguardiente.
—Perfecto entonces brindemos. —Y serví en las pequeñas copas aquel licor, casi hasta el borde.
—¿Y por qué o quién brindamos? —Me preguntó ella.
—Pues por nuestro aumento puede ser. —Le contesté yo.
—Bahh, esa es una chorrada tesoro. Mejor hagámoslo por ti y tu próximo viajecito con nuestro queridísimo «ogro». ¡Jajaja!
—Entonces brindemos por mi viaje. ¡Salud! Ayyy Dios mío, estoy tan nerviosa Magda. Será mi primera vez viajando sola y a otro país. —Magdalena se sonrió de ...
... picaresca manera y en seguida me dijo…
—¿Sola? Hummm, para nada corazón. Vas a viajar en compañía de nuestro jefe. Él te va a cuidar, tiene mucha experiencia y así tu primera vez con él, puede que no sea tan traumática. ¡Jajaja!
—¡Magda! Pero que tonterías dices. Me refiero a que será la primera vez que viaje sola sin mi esposo. No te imagines cosas donde no las hay. Además él es un señor casado y yo amo a Rodrigo. ¡Qué ocurrencias las tuyas mujer! —Y diciéndole esto, seguramente sonrojada, me empecé a poner un poco incomoda con aquella conversación. Bebí un poco de aguardiente y hasta la mitad dejé la copa para luego tomar del refrigerador una botella de agua.
—No te enojes tesoro. ¡Vamos! Que todas sabemos que el ogro no está nada mal. Es cierto que es muy serio y algo esquivo, aunque está cambiando y vaya una a saber la razón ¡Jajaja! Pero no me podrás negar que es un madurito llamativo y con todo muy bien puesto. Me matan esos ojitos grises. ¿A ti no? —Y Magdalena se bebió su copa de un solo trago, para posteriormente servirse otro más.
—Pues sí, eso no se puede negar. ¿En serio te gustan los ojos? A mí, muchas veces se me antojan fríos y vacíos, bastante tristes. —Y salí de la cocina, encaminándome hacia el balcón. Abrí las puertas y luego de la mesa del comedor tomé el cenicero y de mi bolso la cajetilla de cigarrillos. Magda llenó mi copa nuevamente y me la alcanzó, reuniéndose a mi lado a pesar que ella detestaba el olor al tabaco.
—Silvia, tesoro, no ...