1. El regalo: Un antes y un después (Decimosexta parte)


    Fecha: 07/02/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... provocaría en mi jefe, alguna reacción que lo llevaría a querer intentar conmigo algo más.
    
    —No Magda, este no puede ser, mira cómo se ven las tetas. Me brincan de aquí para allá al caminar y la abertura está muy alta, se me va a ver todo. No, este no. Que irá a pensar don Hugo al verme. Seguro que se sentirá incomodo a mi lado. Ven, mejor busquemos otro. Pero Magdalena, tomándome de los hombros me obligó a girar, observándome por delante y por detrás.
    
    —¡Este es! No seas idiota Silvia, te queda de maravilla. Solo es cuestión de darle una puntada por aquí y otra por acá. Nada que no tenga solución, tesoro. Y necesitamos unos zapatos de tacones altos. Hummm, tienes pendientes largos, porque el peinado para este vestido debe ser también especial. Creo que necesitas llevarlo recogido en una moña, para que te luzca mejor. Algo así. —Y aglomeró mis cabellos con sus manos y los levantó sobre mi coronilla, sacando a lado y lado de mi rostro, dos mechones que ondularon libres sobre los laterales de mi cara.
    
    —Y un collar de perlas… ¿Este es tu cofre? —Y Magdalena sin mi permiso lo abrió y obviamente reparó en la cadena de oro con el alado ángel. No me dijo nada y lo colocó a un costado. Luego revisó minuciosamente mis joyas y al no observar nada de su agrado lo cerró.
    
    —¡Estás muy mal de accesorios mujer! Tengo que pasarme por el chino que hay cerca de mi casa y miro por allí a ver que pesco para ti. Deja eso por mi cuenta. A ver, que tal si combinamos este blazer azul ...
    ... con algo como… Hummm, si esta falda blanca puede ser. Necesitamos un top blanco también. ¿Tienes uno por ahí? —Déjame revisar, le respondí.
    
    Magdalena había tomado en sus manos una falda que no usaba muy a menudo, pues era algo corta para ir a la oficina. Además se cerraba por delante por medio de unos botones dorados y dejaba mucha piel para ver. Revisé en mi armario y le pasé uno de poliéster que tenía guardado. Era de cuello en V y con finos tirantes dobles para anudar por detrás del cuello.
    
    —Si ese servirá. Y te adornas el cuello con esta cadena de oro. ¡Que pendiente tan hermoso y delicado! Se ve muy fino, Silvia. ¡A tu esposo debió de costarle un ojo de la cara! Bueno, a ver… Cambio de vestuario mujer y mientras tanto voy por otra copita. ¿Quieres una también? —Y se apresuró a salir hacia la sala, después de responderle que si me apetecía.
    
    Mientras que yo, obedientemente, me cambiaba de ropa y sacaba de una bolsa los dos pares de zapatos nuevos. Los negros de ante, no. Pero los azul marino de cuero, esos sí. Al rato salí de mi alcoba para encontrarme a Magdalena revisando algo en su móvil. No había servido las dos copas con el aguardiente, o si lo hizo para ella, se lo había tomado de una sola vez, sin yo darme cuenta. Cuando me vio se sobresaltó, supuse que era por verme allí con el look que ella me había escogido. Mientras yo colmaba las dos copas con la bebida, Magda se acercó para rodearme y darme su visto bueno.
    
    —Sensacional. ¡Pufff! Nuestro «ogro», con ...
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