Mi novia Luci, de santa a puta
Fecha: 10/02/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: KeyargaSama, Fuente: CuentoRelatos
... dijo al novio, mientras se quitaba los leggings para mí y me miraba como zorra. Me acerqué y le besé cada centímetro de su piel, desesperado por sentirla. Lentamente le quité el brasier y la tanga. Para lubricarla le metí los dedos y mientras la masturbaba, le lamía los pechos. Cuando sus jadeos eran tan intensos que tuvo que meterse un trapo en la boca para que el novio no se diera cuenta, la puse en cuatro y comencé a restregarle mi verga en la entrada de su rajita. En ese punto, ella estaba roja por la calentura. La penetré con fuerza y ella contuvo un grito. Le jalé el cabello para obligarla a acercar su rostro al mío y besarla. En ningún momento, Mariana se quitó el celular del oído, pero cuando me vine sobre sus nalgas, cortó la llamada sin siquiera despedirse de Donaldo.
Recordé la cara de puta que había puesto Mar cuando advirtió mi venida tremenda. Estaba lloviendo y hacía un frio del demonio, de modo que nos acurrucamos, desnudos, para darnos calor.
Estaba a punto de venirme por la chaqueta y la excitación de aquel lujurioso recuerdo, cuando mi teléfono comenzó a sonar. Era un mensaje de Luci: «Baja, estoy afuera de tu casa». Un poco molesto por no haber podido terminar de masturbarme, recobré la compostura tan rápido como pude y bajé a recibirla.
—¿Y ese milagro que vienes tan temprano? —Le dije—. Ya sabes que a esta hora tengo mis clases en línea.
—Lo que pasa es que hice empanadas —dijo ella, tierna, mientras me mostraba un tuper—. Quedaron muy ...
... ricas y no quise comérmelas sin ti.
—Sí, pero ya sabes que a esta hora estoy ocupado.
—Sí, lo siento —dijo ella, un poco apenada—. Si quieres regreso más tarde…
—No, ya estás aquí. Pásale.
Cerré la puerta con llave apenas hubo entrado Luciana. Solo esperé a que dejara el tuper sobre la mesa para tomarla de la cintura y comenzar a besarla. Ella no se resistió. Nunca se resistía. Rápidamente me saqué la verga, hice que Luci se arrodillara y se la metí en la boca. Le sujeté la cabeza con las manos para ser yo quien marcara el ritmo. Por sus arcadas, sus lágrimas y la cantidad de saliva que caía al suelo, pensé que Luciana iba a ahogarse, pero no me importó, yo solo quería terminar. Cerré los ojos e imaginé la cara de puta de Mariana. Imaginé su cuerpo junto al mío, sus labios, sus ojos. «Este será nuestro secreto —me había dicho mientras estábamos tendidos en la cama, desnudos—. No se lo cuentes a nadie. No quiero que se sepa que me encanta la verga». Derramé una corrida obscena sobre la boca de Luci. Ella intentó apartarse, pero yo la sujeté con mis manos para evitarlo. Solo hasta que hube soltado la última gota, le permití alejarse.
Luciana vomitó a un lado, se levantó y corrió al baño con los ojos llenos de lágrimas. A mí me temblaban las piernas, de manera que me senté antes de que me fallaran. Descansé unos minutos y luego procedí a limpiar la vomitada de Luci.
Llamé a mi novia, que se encontraba encerrada en el baño. Le pedí disculpas y le rogué que saliera ...