1. Una noche en una taberna


    Fecha: 14/02/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... control. Me relamo como la viciosa que estoy siendo, la puta que desea que su hombre se dispare, que aplauda como le lleva al abismo del sexo. Poco a poco me voy metiendo en una espiral en la que su lujuria que muestra su mirada ansiosa me va calentando, no sé como dos veces me he ido y voy hacia la tercera.
    
    ¡Que lindo cómo me siento! Es una sensación maravillosa, una nirvana en la que navego y su voz susurrante que me dice frases que no entiendo, pero que me doy cuenta que son términos marineros, como si mandara a un grumete lo que debe hacer para llevar el barco a buen puerto, pero que lo que me llevan es a una tempestad donde el viento en las velas de mi lujuria me hace volar hasta reventar en otro orgasmo salvaje casi me desmaya.
    
    Me apoyo en su ancho pecho, rendida, pero con la polla dura y dentro. Le beso los pectorales, mordisqueo sus pezones, mimoseo juguetona mientras voy volviendo a la realidad. Me muevo para hacer que la pija quede al aire, orgullosa, brillante y empapada de mis flujos.
    
    - Tres cero. Yo he tenido tres orgasmos y vos no has soltado la leche.
    
    - Es que soy capaz de aguantar has que cambie la marea.
    
    Y me entra la risa, mientras agarro, por el capullo, su verga mojada de mi placer, y empiezo a hacerle una paja. Uso la mano para enfundar su glande, la muevo arriba y abajo despacio, hago que el cabezón asome en la ventana del prepucio y se esconda, lo hago decidida, sin pedir permiso.
    
    Y le beso mimosa . Se deja morrear y cuando puede ...
    ... hablar, me pregunta:
    
    - ¿De que te has reído antes?
    
    - Que yo he visto la película de la resistencia y las mareas - Sigo masturbándole mientras le contesto- “Cuentos inmorales”, la vi en un video de novia con mi marido. El chico que aguanta una paja mientras baja la marea.
    
    - ¿ Te gustó?
    
    - Tenía su morbo, como vos. Te voy a sacar toda la leche. No quiero presumir, pero soy buena haciendo “manuelas” como dicen los gallegos.
    
    Y es verdad, que creo serlo y además me encanta. Ese agarrar la polla de un hombre y jugar con ella, el dominio que sientes al ver como le llevas hacia la cumbre del placer, hasta que largan su carga, me vuelve loca. Lo he hecho desde jovencita con los chicos que he salido, y como dice mi marido: eres una pajillera de matrícula.
    
    Y con mi marino me apetecía lucirme, él me había follado como un campeón, yo le iba a sacar la leche como una niña, un poco puta y muy viciosa.
    
    Me coloco cómoda, para poder menearla con la mano derecha y lamer y chupar con la boca el rabo orgulloso de su dureza. Subo, bajo con los dedos, paso la lengua por el cipote y por el anillo de la base, a veces me meto la ciruela en la boca y lo sorbo jugando con los labios. Disfruto de tener una pija para disfrutar de llevar a su dueño a la suelta de su semen.
    
    - ¿ Te gusta lo que te hago, mi pirata?
    
    - Me quitas años, pareces una novia adolescente...pero no pares...sigue.
    
    Él ha comenzado a acariciarme mientras le masturbo, sus manos recorren mi piel desnuda poniéndome ...
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