1. Ocurrió en el sur (II)


    Fecha: 14/02/2023, Categorías: Infidelidad Autor: campillo, Fuente: CuentoRelatos

    ... tiempo corría en mi contra. No me había negado, simplemente había guardado silencio, pero desde que comenzó todo esto, mi silencio siempre fue entendido como aceptación y de hecho era una forma de sumisión ante quien dominaba.
    
    Eran como las siete de la tarde cuando el señor apareció por la escuela pidiendo reunirse conmigo en la dirección. Yo estaba con mi hijita menor, de seis años, casi siete que jugaba alegre en mi despacho. Ya era tarde para negarme. La angustia me vaciaba el pecho y como una autómata me puse de pie, saqué mi hijita a la salita de espera, le dije que me esperara, lo hice pasar y cerré la puerta. La angustia me envolvía totalmente. No quería dar mala impresión, de modo que lo esperaba con un traje saco cerrado y pollera bien larga, vestida como una directora formal. Entró y se sentó en un sillón cómodo sin nadie que lo invitara, y cuando yo volvía de cerrar la puerta me detuvo a su lado y sin mediar palabra me metió la mano por debajo de la pollera y me tocó la cola. Me quedé helada y dura, y dominando mi reacción bajé la cabeza dócilmente: Era lo que Félix quería.
    
    -Qué linda cola, señora-, me dijo, mientras me toqueteaba. Yo no respondí ni me moví y él no se detuvo; llevó sus dejos a mi agujero, echando al lado la bombacha. –Me ha dijo el amigo que…-, me dijo mientras me acariciaba y me metía un dedo. Yo sollozaba silenciosamente; odiaba lo que estaba pasando, pero si era lo que Félix quería, iba a obedecer. Obedecí también cuando me empujó para ...
    ... que me moviera y me situara frente a él, entre sus piernas, donde quedé parada, con la cabeza gacha, sin que dejara de toquetearme. Involuntariamente me fijé en su bulto, que se veía voluminoso dentro de sus pantalones. Él me miraba atentamente.
    
    -¿Se anima a probarlo señora?- me preguntó visiblemente excitado aludiendo a su miembro. –Félix me ha dicho…-. Yo no podía creer lo que me ocurría, titubeé en agacharme y él se arrellanó en el sillón para facilitarme y entonces me di cuenta: se la tendría que chupar. Él sacó la mano de mi cola y tomándome de la mano me atrajo y me dejé arrodillar ante su entrepierna. Me soltó:
    
    -No sea tímida señora-, me dijo invitándome y como una autómata le desprendí la ropa sacando un miembro enorme y medio fofo que acaricié con reservas haciéndolo poner duro y erecto. Nunca había hecho cosa como esta, y para él era sorprendente e inesperado. Bufaba de excitación y más cuando le besé el capullo y me lo metí en la boca, después de dudar. No duró mucho, estaba muy caliente y lo sentí venir. Temió que me lo sacara de la boca, pero yo sabía lo que Félix deseaba: que se fuera satisfecho, de modo que lo abracé más fuertemente con la boca y recibí su generosa lechada que tragué y seguí chupando un rato hasta que me la saque con cuidado. Entonces tomó su teléfono y le llamó:
    
    -Amigo, fabulosa. ¡Cómo la mama! Y con esa cara de mosquita muerta. Me ha dejado sin una gota. No. No probé ¿Te parece?, bueno, si puedo le doy por el culo también, buena idea. ...