1. El regalo: Un antes y un después (Vigésima séptima parte)


    Fecha: 27/02/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... dos, le pediremos perdón.
    
    —Tenemos que ir a buscarla. Al menos sabemos dónde está y desde allí seguiremos intentando contactar a Hugo. —Y arranqué con más prisa que antes.
    
    —Está bien Rodrigo, vamos primero allá, porque a Silvia le debemos una explicación. —Me dijo muy sincera, acariciando mi mejilla.
    
    —Me va a odiar cuando lo sepa. ¡La voy a perder para siempre! —Y se empezó a fraguar en mis ojos, la humedad de un llanto amargo por herir a la mujer que tanto amaba.
    
    …
    
    Un sorbo adicional, esta vez breve, mirando la pantalla de mi móvil. Temblorosos mis dedos, tecleaban y borraban sucesivamente, mensajes con frases colmadas de erráticos sentimientos, –carentes de procedente sentido– pero con una sola razón y mil motivos para solicitar su perdón. Mi necesidad de explicarme, solo era superada por mi temor a no ser escuchada. Estaba perdiendo a mi esposo, por una estúpida venganza. Dejándole ir de nuevo, cogido de las manos de su hermosa amiga, entregándole al padre de mis hijos, mi amor… ¡Como Martha con Hugo, lo hizo a su vez conmigo!
    
    Me cuestioné si era posible que ya no me amara como antes, que hubiese dejado ser para Rodrigo, yo, su eterna «Emmanuelle». Y llevé de nuevo mi boca hacia el pico de la botella, pero no di solo un trago, literalmente fue un «chorro» de aguardiente el que inundó mi garganta. En seguida me tumbé boca arriba sobre la cama, con mi mano izquierda limpié los restos de alcohol de la comisura de mis labios y con la diestra, la humedad de ...
    ... mis ojos y de paso la de la nariz. Y sentí el inmediato efecto del licor palpitar en mis sienes. Cerré los parpados y me dejé llevar por los recuerdos. Otra calada al cigarrillo, profunda aspirada. La última, hasta consumirse entre mis dedos y en su azulado humo, transportarme años atrás.
    
    ¡Sí! Me vi de nuevo allá en la distante ciudad donde nos conocimos, transportándome a la antigua sensación de perderlo. Porque sí, ya la había vivido y sufrido. Le fui infiel a Rodrigo con otro hombre, cuando apenas éramos novios, en nuestra época de estudios universitarios, aquel otro también casado, con diferente estampa a mi actual jefe, mas alto y fornido, con un rostro de esos que tienen los hombres que se baten día a día en medio de las calles y se sienten poderosos, capaces de obtenerlo todo con apenas una simple sonrisa de falsa amistad y con la mirada penetrante, posesiva magia de un cruel conquistador. Y su personalidad festiva y arrasadora, atractiva para cualquier «mocosa» como yo, sin disimular que le atraían los desafíos, –yo convertida para él en uno nuevo– pero con similar historia a este matrimonio mío tan… ¡Agonizante!
    
    Fui la doncella tonta e inocente, qué por joven e inexperta, cayó rendida ante el embrujo de lo prohibido y de la atractiva novedad; de la complicada ansiedad por probar los placeres que me ofrecía la vida, convertidos en la apariencia ruda, varonil y con aquella mirada dominante, de un hombre que ejercía igualmente, como mi superior en aquella empresa ...
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