1. El regalo: Un antes y un después (Vigésima séptima parte)


    Fecha: 27/02/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... donde apenas iniciaba mi vida laboral. Él y su moto, Rodrigo y yo andando a pie.
    
    Me fui envolviendo en su telaraña, me dejé confundir por sus patrañas y los consejos de mis nuevas compañeras, igualmente de una tía, mi familiar confidente. —Silvia ¡Hay que disfrutar la vida, mientras se pueda! –. Todas ellas repitiendo las mismas frases hasta anidarlas en mi subconsciente.
    
    Su bienvenida fue cordial, reconfortante y amistosa, atrayéndome con la hermosura de su pícara sonrisa. El galante trato y su esmerada paciencia para explicarme los diferentes procesos de facturación. Un café sobre las diez y media de la mañana fue lo primero, pocos días después una docena de donuts con Coca-Cola por la tarde, lo secundario. Y sin claridad alguna, me fui apartando de un ya alejado novio y acerqué mis afectos hacia quién me hacia la vida feliz, hablar de cosas y casos distintos, reír de nuevo pero por bromas y apuntes diferentes, cada dia de la semana y cada jueves seguidos de los viernes en una u otra discoteca. En cambio con Rodrigo era solo estudiar y trabajar. La rutina de los deberes nos fue apartando, minando nuestro amor. ¡Intenso aburrimiento! Yo pensaba solo en bailar, pasear, beber y disfrutar. Mario con sus picaras diabluras y Rodrigo, con su amor casi angelical.
    
    Porque ambos, Rodrigo y yo, estudiábamos en la misma universidad y el automatismo de nuestro diario vivir me nubló la razón y descuidé el verdadero amor. ¿O lo cambié? Ambos trabajábamos para ayudarnos con libros ...
    ... y materiales. Vivíamos cerca, aún en la casa de nuestros padres, por lo cual pasábamos muchas horas del día, juntos, yo con mis matemáticas, contabilidad y clases de informática, Rodrigo metido entre sus pinturas, planos y maquetas. Y se me fue haciendo aburrido verle solo interesado en ser el mejor de la facultad, dejamos de salir a bailar para ahorrar pensando en los gastos del semestre y solo permanecía entre los dos, el transitar desde nuestras respectivas casas, cada uno para el trabajo y en la tarde-noche, reencontrarnos con un beso en los labios, al frente de la Universidad. Como en un cuadro de Dalí, empecé a percibir como se derretía de a pocos mi juvenil amor por él. Me fui haciendo a un lado, apartándome de la diaria costumbre y ya no veía a mi amor como antes, lejano estaba ya, viviendo tan cercano.
    
    —¡Vive experiencias nuevas! ¡No te ates a uno solo!–. Esas fueron las frases de mi mejor amiga de la universidad, que detestaba a Rodrigo por tener una personalidad similar a la de su novio, un recién graduado arquitecto, igualmente de temperamento soñador, con más ganas de construir sin concreto sus sueños que en edificar con reales bases, la arquitectura de su propia existencia juntos.
    
    Esas indicaciones me elevaron las ganas de vivir una prohibida aventura. Mario, que así se llamaba aquel nuevo jefe mío, comprendió a base de mis sonrisas y de las furtivas miradas que nos ofrecíamos en aquellas oficinas, que podía actuar con mayor diligencia, más libertad y con ...
«12...101112...15»