1. El regalo: Un antes y un después (Vigésima segunda parte)


    Fecha: 08/03/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... descendimos por el subterráneo hasta el cuarto nivel. Y con maletín en mano y mi bolso colgado de mi hombro, seguimos los pasos de Antonella hasta la zona de los elevadores. Piso octavo y de nuevo la sensación de vacío en mi estómago. Se abrieron las compuertas del ascensor y nos recibió un amplio ambiente aromatizado, lavanda y alguno que otro cítrico, mandarina tal vez. De inmediato el personal dirigió la atención hacia nosotros, los recién llegados. Pero con igual rapidez prosiguieron en sus labores y nosotros hacia la derecha siguiendo la figura grácil de Antonella.
    
    —Por aquí está su oficina señora Silvia. —Me dijo la bella italiana, sorprendiéndome de nuevo, pues siempre se dirigía a mí, obviando a mi jefe. Me causó gran curiosidad pero después a solas con ella, saldría de mis dudas.
    
    La oficina tenía un gran ventanal que me regalaba la hermosa panorámica de la ciudad, los techos de las casas muy por debajo y hacia el horizonte más allá, las hermosas cumbres nevadas de los Alpes. Dos amplios escritorios de translucido acrílico, con sus respectivos computadores de pantallas anchas y planas. Cómodas sillas de tapizado gris y ribetes rojos, alfombra del piso de pared a pared, de color cereza y la luz del techo proveniente de tres circulares plafones blancos de luz led. ¡Y mi teléfono sonó y vibró¡ Y me hizo sentir muy feliz.
    
    —¿Amor? Mi vida ...
    ... preciosa… ¿Cómo estás? ¿Andas ocupada ya? —Rodrigo amoroso y pendiente de mi llegada y yo, agradecida por su llamada.
    
    —Aun no, apenas llegamos a las oficinas. ¡Mi vida, esto es muy hermoso! Y la vista que tiene la oficina es sencillamente espectacular. Le tomaré unas fotografías y te las enviaré. Vamos a organizar todo para la reunión con los directivos y después nos iremos para el hotel.
    
    —Genial mi amor, disfrútalo mucho y lúcete en esa reunión, como siempre. ¡Eres la mejor! Te adoro vida mía. ¡Cuídate mucho!
    
    —Gracias, precioso mío. Tenemos que venir aquí como sea con los niños. Todo es hermoso y afortunadamente el vuelo no estuvo tan agitado. Todo marcha sobre ruedas mi vida. ¿Sabes una cosa?... Hasta tengo una asistente italiana muy preciosa y atenta, que no me va a desamparar. Después te la presento si puedo... ¡Y habla español! ¿Mi amor?… Tengo que dejarte pero más tarde, te llamo. Un beso y que tengas bonito día. ¡Te amo!
    
    Cuando me giré, don Hugo que me observaba mientras yo hablaba, esquivó rápidamente mi mirada, pero en su rostro algo pude percibir. Quizás… ¿Envidia? Y de pronto casi a los gritos, a la oficina ingresó Francesco saludándonos efusivamente, junto a otro joven, más apuesto que él.
    
    —¡Señora Silvia!… ¡Hugo! Que alegría tenerlos ya por aquí. Les presento a Doménico, mi novio. —¡Dios mío!... Pero que desperdicio, pensé.
    
    Continuará... 
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