El regalo: Un antes y un después (Vigésima segunda parte)
Fecha: 08/03/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... cariño. —Me dijo mientras me abrazaba y recostaba su cabeza sobre mi hombro izquierdo.
—Creo que me siento igual que tú y he perdido el apetito. ¿Quieres un traguito de aguardiente o una cerveza? Y así me acompañas, que tengo deseos de fumar en el balcón para calmar los nervios. —Le pregunté y Silvia amorosa, me besó en el cuello y acariciándome la espalda se separó de mí, caminó hasta la cocina y abriendo el refrigerador, tomó la botella de aguardiente que estaba a medias.
Del estante superior, agarró dos copas pequeñas de cristal y sobre la mesa del comedor, las llenó casi hasta desbordar el cristalino y frio líquido.
—¡Te amo mucho! ¿Lo sabes, no es verdad? —Me lo dijo con mucha suavidad, pero a su vez con pasos firmes se posicionó a mi costado, retirando de mi boca el cigarrillo y entregándome una de las copas. Y bebimos haciendo sonar antes, suavemente el cristal al chocar las copas como si festejáramos su partida.
—Lo sé, mi amor. Me vas a hacer mucha falta y a los niños también. ¿Quieres que te lleve al aeropuerto?—Le pregunté con algo de tristeza en el tono de mi voz.
—¡Y ustedes a mí también! Y no mi amor, no es necesario. Don Hugo pasará a recogerme muy temprano. No pongas esa carita mi vida, que me duele. Sé bien que me echaras de menos, pero el sábado mi cielo, antes del atardecer ya estaré por aquí. —Y acariciando mi mentón, posó su boca sobre la mía y sin dejar de mirarnos, nos fundimos los dos en un beso intenso, demostrándonos nuestro gran amor, ...
... pero los dos al tiempo, inevitablemente, temblábamos por dentro.
—¡Vamos adentro ya, mi vida! Ven y hazme el amor. —Me dijo con intranquila seducción y yo dócil ante su propuesta, espanté el humo azul abanicando el aire con mi mano y engatillando mi dedo medio contra el pulgar, disparé la colilla hacia el vacío, en la profunda oscuridad de aquella noche madrileña.
…
—Mi amor, ya llegó a recogerme. Cuídate mucho y a mis chiquitines también. ¡Los amo! ¡Te adoro! Y te echaré de menos. ¡Llámame amor!... Llámame siempre cuando quieras, cuando yo te haga falta, que no importa lo que esté haciendo, te responderé. Quédate tranquilo, y confía en mí, que yo también confiaré en ti. Eso sí mi vida, ya sabes… ¡Tu pórtate bien! Jajaja. Si necesitas algo con urgencia, habla con mi madre. ¡Te amo mucho!
Y con un beso, culminé mi despedida e hice rodar el trolley sobre el piso de cerámica del pasillo hasta el ascensor y desde allí pude ver como Rodrigo, de pie junto a la puerta, miraba hacia la entrada con una mezcla de tristeza y preocupación, donde el auto negro de mi jefe estacionado, me esperaba.
—¿Nerviosa? —Me preguntó don Hugo al ingresar al blanco avión.
—¡Y como no estarlo! le respondí mientras le seguía por el pasillo. —Si dentro de poco voy a estar sufriendo con este vuelo. No sé cómo acepte venir, en serio. ¡Soy una estúpida!
Y él prestando atención, buscó con su mirada de plenilunio nuestras sillas, que para fortuna mía, se hallaban en el centro de la cabina ...