1. El regalo: Un antes y un después (Tercera parte)


    Fecha: 09/03/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... tres caballetes portátiles, dos mesitas de madera. Un gran anaquel con diversos utensilios y algunos pinceles recientemente usados sobre una amplia mesa de dibujo, junto a varios tarros de acrílica pintura. Tableros de lienzos blancos, un cuadro a medio terminar y al fondo un cómodo diván, con un taburete alto a su lado y una estilizada lámpara para ofrecer iluminación artificial. Allí se sentó Paola, de medio lado ofreciéndonos, gracias a la abertura de su falda, una vista amplia de sus hermosas piernas. ¡Toda una modelo!
    
    Recuerdo que esa tarde me acerqué hasta la mesa de dibujo, donde entre acuarelas, trozos de carboncillos y olor a aguarrás, pude apreciar algunos bocetos, cuerpos desnudos de mujeres sin rostro, en poses eróticas y en otra hoja debajo de aquellas, la figura de un hombre con su cabeza cubierta por una capucha y su torso cruzado por cintas simulando ser de cuero y con taches de metal, sosteniendo en su mano un látigo o una fusta de cuero, de aquellas usadas en equitación.
    
    —¿Te gusta lo que ves? —me dijo Almudena, recostada ya en aquel «chaise longue» de rojo terciopelo, bebiendo sensualmente de su copa.
    
    —La verdad me parece interesante. Trabajas muy bien los trazos, imprimes delicadeza en las figuras y los contrastes de luz... Mucha sombra y tan poca luz. La temática es un poco sado. ¿Lo haces por gusto y placer o pintas por encargo? —Le respondí a Almudena mientras daba pocos pasos, hasta acercarme a un tornamesa que estaba sobre una mesita ...
    ... cercana. En él estaba colocado un disco de negro vinilo, con una circular etiqueta que obviamente yo reconocí.
    
    —¿Puedo? —Le dije a Almudena mirándola, y sin esperar su respuesta encendí el aparato y coloqué suavemente el delicado brazo y su aguja de diamante sobre los surcos que giraban ya, a las revoluciones adecuadas.
    
    La música invadió el ambiente. Paola me miró con cara de circunstancia, seguramente al desconocer aquella melodía.
    
    —¡No puede ser! ¿Es en serio?... ¡Bilitis! ¡Pufff! —Y suspiró emocionada, descendiendo de la silla y acercándose a donde yo me encontraba.
    
    —¡Me encanta Rodri! Tanto tiempo sin escucharla. ¡Ajá nene! sube un poco el volumen. —Me dijo aquella rubia, sorprendiéndome a mí y también a Almudena, que aplaudió la efusividad de la Barranquillera.
    
    —No jodas Paola, ¿es verdad? Me sorprende que la conozcas. ¿Algunas buenas remembranzas? —Le pregunté, mientras yo daba un sorbo a mi copa del cálido Brandy.
    
    —Hummm, tantos recuerdos hermosos de Barranquilla. Estudié todo mi bachillerato en un colegio femenino y ¡Ajá! tuve allí mi primer amor. —Paola miraba al tocadiscos mientras nos comentaba. Ella también bebió el último trago de su licor, para apreciar después el aroma a madera de roble, vainilla y coco, al acercar su copa vacía hasta las fosas nasales de aquella preciosa y recta nariz. Impreso en el borde, permanecieron las huellas de sus apetecibles labios, en un difuminado carmín.
    
    —Una novicia, tímida y como tú mi «rolito», nacida en la sabana. ...
«1...345...11»