Dos sesiones de fotos
Fecha: 10/03/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... calmado—. Sigo sin poder ver tu rajita, solamente se ve la parte exterior.
—Ya pero… —empezé a objetar débilmente.
—Mira —me interrumpió—, no voy a sacar ninguna foto si tú no quieres. Nunca haría nada que tú no quisieras. Pero recuerda, estas fotos se pagan mucho mejor y técnicamente no estás rompiendo ninguna de tus reglas.
Su voz era tan agradable y sonaba tan sincero que me hice atrás y dejé que hiciera lo que quería. Empezó a tomar varias fotos de mis labios vaginales ahora expuestos. También se veía aún gran parte de los pelitos de mi coño, que la braguita arrugada y metida entre mi vulva no llegaba a tapar.
—Al fabricante de estas prendas le gusta cuando se puede adivinar el contorno del clítoris en las bragas —comentó después—. Es como si la mujer que las lleva dijera “Mira, esta ropa interior es tan sexy que me excito al usarla”. Son fotos así las que funcionan mejor, y nuestros clientes las prefieren.
Iba a responderle, pero de repente me quedé sin aliento al sentir sus manos sobre mí. Apartó mis labios mayores con sus dedos y alisó la tela sobre mi rajita, acariciando mi hinchado clítoris para asegurarse que las braguitas se ajustaban al máximo sobre él. Sus dedos gruesos se sentían calientes, y me avergoncé pensando que podría sentir la humedad que empezaba a inundar mi sexo mientras me iba frotando de arriba abajo la rajita sobre la fina tela de encaje.
—Hmm… ahora. Así está perfecto —dijo al fín con satisfacción.
Tomó unas cuantas fotos ...
... más, siempre centrándose en mi coño. Me pidió que repitiéramos muchas de las poses que habíamos hecho, pero de tanto moverme se veía obligado a volver a ajustar la prenda sobre mi coño para que quedara como él quería. Me calenté pensando que sus dedos debían estar mojándose con mis jugos, que poco a poco iban empapando más la tela de las braguitas.
—Ehem… —carraspeó al fin—. Muy bien, ahora toca cambiar de atuendo. Ponte “el negro”, por favor.
“El negro” resultó ser una especie de babydoll muy transparente, también adornado con encaje, que tenía una gran apertura justo debajo de mis senos dejando toda mi barriguita al descubierto. Una tanguita negra iba a conjunto, aún más pequeña que las braguitas blancas de antes. Apenas había suficiente tela para cubrir la raja de mi coño, lo que dejaba mis labios bastante expuestos.
Cuando me lo puse y ví que mis pezones eran claramente visibles a través del babydoll, y que además prácticamente toda mi vulva estaba al descubierto, le comenté a Manuel lo que pasaba y que no estaba segura de poder continuar con eso, que ese atuendo iba demasiado lejos.
—Venga, Lucía… —me decía suavemente desde el otro lado del biombo—. Si ya has mostrado prácticamente lo mismo con el conjunto anterior. Además, recuerda que en ningún momento se va a ver tu rostro.
Tenía razón, después de todo, no cambiaba tanto de las fotos que me acababa de sacar. Tímidamente me presenté ante él, mostrándole cómo me quedaba el provocador atuendo. Como antes, me ...