Dos sesiones de fotos
Fecha: 10/03/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... aspecto recio y viril—. Bajas las copas como te decía, pero te cubres los pezones con los dedos. Quedará muy sexy y sin mostrar nada, solo la curva de tus pechos. Pero lo más importante es demostrar el diseño del sujetador —entonces continuó bajando el tono, casi susurrando—. Además… ¿sabes qué…? El cliente pagará más dinero por estas fotos. Las fotos que son un poco más atrevidas y eróticas son más valiosas, ya que atraen a la clientela masculina que compra para sus parejas.
Pensé en lo que decía, y la verdad tenía mucho sentido. De todas formas nadie me vería la cara, y si me tapaba los pezones con los dedos tampoco rompería ninguna regla. Además, tenía atrasado un mes de alquiler y eso de cobrar más dinero me sonó muy bien en ese momento.
Temblorosa descendí el sostén, dejando completamente al descubierto mis senos delante de mi fotógrafo. Tan pronto como tapé mis pezones con la punta de los dedos, Manuel se puso a sacar muchas fotos, tanto de lejos como de cerca, dirigiéndome y sugiriendo poses distintas. Me gustó la sensación, rozando los límites que siempre me había marcado y sintiéndome más sexy y deseada que nunca. Y es que nunca antes mea habían pedido hacer algo como eso, y la verdad, me moriría antes de admitirlo, pero me estaba poniendo un poco caliente.
Después de varias fotos con mis pechos como protagonistas, Manuel me preguntó que qué pensaba si hacíamos lo mismo pero con lo de abajo.
—Pero… ¿Qué quieres decir? —pregunté tímidamente—. Ya te dije ...
... que no quiero enseñar mi coño cuando trabajo…
—Bueno… técnicamente no lo enseñarías —comentó con su tono dulce—. Es decir, está claro que no quieres enseñar el interior rosado de tu pequeño coñito, ¿verdad? Pero… ¿qué pasa con el exterior?
La verdad, nunca había hecho ninguna distinción entre lo de dentro y lo de fuera, pero cuando Manuel me explicó en detalle lo que quería hacer, vi que tenía sentido. Primero me tendí en la cama y abrí mis piernas para que pudiera tomar fotos de la pequeña braguita de encaje blanco muy de cerca. Luego, siguiendo sus instrucciones, me bajé la ropa interior de manera que la línea de vello que tenía recortada justo encima de mi rajita quedó al descubierto, rozando el límite donde comenzaba mi vulva.
—Mmm… muy bonito —comentó— ¿Te lo arreglas tú?
Asentí a la vez que Manuel empezaba a sacarme más fotos. Sentí cómo me humedecía mientras me iba haciendo cambiar de posición, siempre apuntando su objetivo a mi pubis apenas medio cubierto por esa pequeña braguita de encaje, enseñando mis pelitos oscuros.
—Déjame ver, creo que puede verse incluso más sexy —dijo entonces, acercándose entre mis piernas.
Sin darme oportunidad a oponerme, sentí sus manos agarrar la tela de las braguitas y tirar de ella hacia arriba, haciendo que se introdujera entre mis labios vaginales. Ahora la tela quedaba metida entre ellos, dejándolos desnudos, y se veía un poco abultada justo donde cubría mis labios menores y mi clítoris.
—¿Ves? —dijo con un tono ...