Dos sesiones de fotos
Fecha: 10/03/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... como si acabaran de bañarse —dijo él sonriendo—. No te preocupes… el agua está caliente.
Me quedé quieta y dejé que vertiera sobre mis pechos el vaso de agua, que efectivamente no estaba fría. Incluso abrí un poco las piernas haciendo que un chorrito mojara la tela que cubría mi rajita. Cuando terminó, pude ver que la tela se volvió prácticamente transparente. Mis pezones eran claramente visibles, e incluso se podían ver mis regordetes labios vaginales, haciendo que mi coño se dibujara perfectamente contra el fino pedazo de tela.
—Perfecto, éstas quedarán de diez… —dijo Marcos sonriente, satisfecho del resultado.
Volví a repetir una sucesión de poses, aunque ahora con el bikini completamente mojado y transparente seguro debían parecer prácticamente pornográficas. Marcos volvió a sugerir que me sentara sobre la tumbona con las piernas muy abiertas. Se acercó con Joaquín delante mío y le sugirió que sacara algunos primeros planos del pequeño tanga.
—Así quedarán mejor… —dijo.
Era vergonzoso, pero también me ponía muy caliente sentir sus ojos sobre mí, escuchando cada “clic” de la cámara tomando incontables fotos de mi coñito, sobresaliendo para ellos bajo el fino bikini. Me sentía cada vez más y más húmeda, esperando que no se dieran cuenta y pensaran que tan solo se trataba del agua que Marcos me había tirado por encima.
Al cabo de unos minutos, me pidieran que eligiera otro traje. Ya sin timidez, me dirigí detrás del biombo y me desnudé al completo mientras ...
... buscaba la próxima prenda. No sé lo que me obligó a hacerlo, pero escogí una prenda aún más pequeña que la anterior. A ésta creo que la llaman “microkini”. Era un trajecito de color blanco, del cual los pequeños triángulos que debían cubrir mis pezones estaban hechos de una red transparente. La parte baja… bueno, la parte de abajo ni siquiera la entendía. Ese tanga no era lo suficientemente grande ni siquiera para tapar mi raja. Según como la colocaba, siempre dejaba mis labios al descubierto, o si intentaba taparlos entonces mi rajita quedaba a la vista.
—Tardas mucho… ¿Pasa algo? —preguntó Marcos desde el otro lado.
Ruborizada, le expliqué mi problema.
—Mejor sal aquí y te ayudo —dijo entonces—. No te preocupes, Joaquín y yo hemos visto de todo —dijo como intentando tranquilizarme.
Salí despacio hasta mostrarme ante ellos. Marcos se acercó y me mostró cómo tenía que colocarme la prenda. Se suponía que debía tapar apenas mi rajita y mi clítoris, prácticamente desapareciendo entre mis labios y creando lo que llamó un efecto “cameltoe”. Me ayudó a colocarla mientras me lo explicaba, tocando mi piel con sus dedos cálidos y suaves, y asegurándose de que la tela quedara escondida colocándola cuidadosamente entre mis labios.
De pié como estaba, abrí un poco las piernas para él, mientras manipulaba el bikini para dejarlo en la posición óptima para las fotos. Se me abrieron los labios vaginales al hacerlo y por accidente acarició mi clítoris, provocando un hormigueo ...