1. El regalo: Un antes y un después (Vigésima cuarta parte)


    Fecha: 28/03/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... cansada de mis pies estaba, me acompañaba hasta nuestra mesa y en una de las tantas veces, una mano delicada y tersa, pretendía escalar mi muslo por la abertura de la falda. Me gustaba esa sensación, caricias permitidas, seductores avances… ¡Para qué negarlo! Estaba dichosa y algo excitada por todo lo que se vivía allí. Observé la hora en mi reloj al levantar la copa de acrílico verde con mi… ¿Noveno? Cocktail Margarita y me sobresalté por la hora. No había reparado en toda la noche en mi esposo, hipnotizada por el ambiente liberador de aquella discoteca y obviamente, siendo objeto de todo tipo de atenciones y licores ofrecidos por Francesco las primeras veces o por Doménico después.
    
    Al comienzo me sentí cohibida por sus manifestaciones de afecto, pero después me acostumbré a verles muy entregados a comerse las bocas a punta de besos apasionados, lenguas rosáceas y húmedas escrutando sus paladares y caricias demasiado sensuales por debajo de la mesa, que en otro lugar serian objeto de desaprobación. Lascivas imágenes que me calentaban, de a poco, pero mojaban mi intima hendidura. Todo aquello en frente de nosotras dos, y al observar a mi alrededor la situación era igual entre hombres con su disfrazada pareja Drag, mujeres con mujeres… ¡Todos en su disfrutada libertad!
    
    —Antonella, se le acabo la fiesta a esta cenicienta. Debo marcharme ya. ¿Me puedes llevar al hotel? Le hablé sinceramente afectada por el alcohol y las ganas de reposar en mi habitación. ¡Había ...
    ... próximamente un vuelo que tomar!
    
    —Solo si prometes dejar aquí, –señalándome su boca– una muestra de que te gustó todo y hasta más tarde en sano juicio, me juras ahora que no te arrepentirás. —Pensé en Rodrigo rápidamente, con seguridad que le iba a gustar cuando se lo contara.
    
    Y sin demostrarle mi afán, –entrecerrando los párpados– me prendí pausadamente de aquella boca primero, y desbocada unos segundos después, de sus labios encarnados que se me antojaban apetitosos y dulces, de un carmín naranja pastel hipnotizante, estrechando el cerco que mi lengua pretendía tomar de su boca, Antonella me recibió con codicia el beso, y tomó con experimentada intrepidez, posesión de mi lengua absorbiéndola dentro de aquella cálida abertura.
    
    No medí el tiempo, quizás solo breves segundos, de pronto las dos entregadas más de dos minutos, lo único real es que me humedecí. ¡Bastante! Y en medio de nuestras respiraciones no contenidas y sexualmente expresadas, no sé cómo me dio por decirle a mi deseada asistente…
    
    —¡Vamos a mi habitación a continuar nuestra fiesta! —Y en el rostro de Antonella, una carita de felicidad se le fue bosquejando con visos de una más que segura conquista. Ella sí, él no.
    
    El cielo plomizo de la ciudad y el viento helado, me recibieron en el andén, presagiando tempestades. Con mi trolley arrastrando tras de mis apurados pasos, me separé de mi jefe, sin despedirme ni darle las gracias por todo y por nada. Y él avergonzado, ni hizo el intento de acercarse a mi o si lo ...
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