1. El regalo: Un antes y un después (Vigésima cuarta parte)


    Fecha: 28/03/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... realizó, yo no me fijé en él y tampoco lo escuché. Tras pisar la acera del aeropuerto de Barajas, un taxi me acercó a mi hogar ya en la tarde. La verdad, me tomé unos minutos, indecisa en el pasillo en frente de la puerta. Respiraba muy agitada y las palpitaciones en mi corazón, por supuesto aceleradas.
    
    Finalmente como una piadosa mujer, que no lo era tanto en verdad, me persigné y respirando profundamente liberé la tensión de los músculos y giré la perilla abriendo la puerta a la realidad.
    
    Encarnado el silencio en cada objeto, en cada mueble y rincón de la sala de mi hogar, me dio de frente el frio de la soledad que provenía de las habitaciones por el estrecho pasillo. No esperaba el abrazo de mi esposo, obviamente. Pero si al menos la algarabía calurosa de mis hijos como recibimiento. Descargué el abrigo sobre el brazo del sofá, el trolley plateado ni siquiera lo acomodé. Lo dejé solitario a mitad de camino entre el comedor y la cocina. Lo importante era averiguar y entonces teléfono en mano le marqué esperanzada a Rodrigo. Todo igual con él y con su móvil fuera de servicio o apagado. ¡Mi madre! Pensé, y en pocos minutos por fin el generoso saludo de la persona que siempre me acogería con ternura y amor entre sus brazos, abriéndome de par en par, las puertas de su casa si llegado el caso, lo pudiera necesitar.
    
    —Ya llegué madre mía, ya estoy aquí. —La saludé.
    
    Y cuando ella me escuchó se emocionó tanto, como casi siempre lo hacía con las llamadas de sus hijos, ...
    ... casi hasta llorar.
    
    —¡Hola mi princesa! ¿Cómo me le fue en el viaje de regreso? —Preguntó animada por mi retorno.
    
    —Bien mamita hermosa. —Le respondí. ¿Y los niños? ¿Ya los recogió Rodrigo? —Le pregunté con ansias por saber de mis dos pequeños amores.
    
    —¿Rodrigo?... Pero mi amor si el «arremuesco ese» llamó temprano para decirme que tú vendrías por ellos. ¡Que él estaba trabajando hoy! —Y sí, a mi madre mi esposo nunca le agradó. Por un medroso y estúpido silencio de mi parte, Rodrigo cargó con la cruz de mi desfloración y eso mi madre nunca se lo perdonó.
    
    —Ahhh, si es verdad. Lo siento mamita pero se me olvido. ¡Ya paso por ellos! —Le respondí evitando entrar en más detalles. Pero mi madre que es como una bruja, esa tarde algo sospechó.
    
    —Tranquila, no te afanes que ahora que regrese Alfonso con ellos del parque, los arregló y vamos para allá. De paso me muestras las fotos y me cuentas como es Italia, mientras tomamos un chocolate caliente. Nosotros llevamos los churros. —Me respondió con gran alegría y yo, sin ganas de verla a la cara. De seguro con su intuición, sospecharía que entre mi esposo y yo, algo sucedía.
    
    …
    
    —¿Me llamaste? —Aquellas palabras de un mensaje al móvil de Martha, habían sido escritas a las 3:10
    
    —Ya estaba durmiendo, Martha. ¿Sucede algo con los niños? —Escribió un minuto después. ¡Mentiroso!
    
    La respuesta de Martha a su esposo, tan solo fue…
    
    —Sí, ellos están durmiendo en casa de sus compañeritos. Te marqué porque te extrañaba. ...