Mi amigo de la infancia
Fecha: 31/03/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... sopetón metió dos dedos en mi interior y me folló con ellos. Grité sorprendida y encantada.
—Capullo.
—Frígida.
Cambié mi sonrisa por una mueca de placer cuando su pulgar frotó mi clítoris en círculos. Agarré su mano libre y la puse sobre mis tetas. Quería más. Apreté con fuerza para que las magreara como me gustaba. Me encantaba sentir que me las espachurraban hasta casi sentir dolor. Con su habilidad y mi excitación enseguida estaba gimiendo como una perrita. Las hábiles manos de mi amigo estaban a punto de hacerme correr. Noté que las piernas me temblaban, preludio de lo que venía. Levanté el culo para aumentar el contacto. Iba a ser otro orgasmo épico. Lucas lo notó y aceleró los dedos que penetraban mi coño. ¡Joder! Era un genio.
—Aaagggggghhhhhhhh… — me alcanzó el orgasmo.
Lucas, sin dejar de joderme con los dedos, se puso de pie a mi lado. Aprovechó que tenía la boca abierta sin parar de gemir para meterme el miembro. Fue una temeridad. Podría haberle mordido antes de darme cuenta. En cuanto terminé de gemir y disfrutar de mi orgasmo apreté mis labios en torno a su virilidad. Olvidada mi prevención por jugarnos nuestra amistad me propuse hacerle la mejor mamada de su vida. Al gilipollas de mi ex era lo que más le gustaba, de hecho, me consideraba una experta. Llevé una de mis manos a la base de su polla y otra a su culo, presionándole contra mí. Me la metí entera, hasta la raíz. Vi la sorpresa en su cara excitada. Sé que tengo un don. De alguna manera ...
... consigo que, aunque la polla me llegue a la campanilla, no tener arcadas. La saqué despacio mirándole a los ojos, disfrutando de su expresión.
Estaba algo incómoda por la postura, no conseguía toda la movilidad que quería, así que sin sacármela de la boca salí de la silla y me arrodillé ante él. Ahora sí podía dar lo mejor de mí.
—Joder, Ana. Cómo chupas.
—Cállate y disfruta, pichafloja.
—¿Pichafloja? Como sigas metiéndotela entera te voy a agujerear la garganta, amor mío.
¿Amor mío? Sólo éramos amigos. Nos habíamos dejado llevar pero no había nada romántico entre nosotros. ¿O sí? Decidí que me gustaba que me llamara “amor mío” y seguí con la mamada. Ahora mi cabeza se movía frenética y mis labios recorrían su longitud por entero, desde la raíz hasta la punta una y otra vez. Lucas no aguantó mucho. Claro que yo ya me había corrido dos veces y él no se había estrenado. Cuando sentí palpitar e hincharse su polla en mi boca la saqué y le pajeé con las dos manos. Apunté a mi pecho y me vi recompensada por un primer latigazo de semen, luego siguieron varios más mientras mi amigo del alma gemía de placer. Cuando terminó, con mis tetas y mi pecho cubiertos de su semen, lamí las últimas gotas de su glande.
Lucas me sorprendió otra vez levantándome por las axilas y pegándome un morreo de escándalo. Mi boca se abrió bajo sus labios y nuestras lenguas se encontraron luchando entre ellas. Llevé mis brazos a su cuello y salté para rodearle con mis piernas. Era nuestro ...