Mi amigo de la infancia
Fecha: 31/03/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... prometerme una cosa.
—¿El qué?
—Sólo lo puedes abrir cuando limpies. Hasta que no arregles un poco la casa no puedes desenvolverlo. ¿Trato?
—Trato — total, ya había decidido limpiar al día siguiente.
—Muy bien, pues te veo mañana para cenar.
Me dio un beso y se marchó.
Al día siguiente me levanté con un poco mejor ánimo. Después de tomarme solo un café, ya que no me apetecía comer mucho, quité el polvo a la casa y pasé la aspiradora. Luego me duché y me puse una camiseta y el pantalón viejo de chándal que usaba para estar por casa. Me senté en la mesa de la cocina con el paquetito de Lucas. No pensaba que nada me fuera a “desdeprimir”, pero tenía curiosidad. Quité el papel de regalo y contemplé la caja rosa y azul. En letras blancas ponía : “Satisfyer Pro 2”.
¡Maldito Lucas! Sólo a él se le podía ocurrir regalarme semejante artefacto. Lo dejé sobre la mesa y se me escaparon un par de lagrimitas. En otro momento seguro que me hubiera gustado el regalo, pero en la actualidad mi libido estaba tan deprimida como yo, congelada, hundida, muerta. Pasé el día entre infeliz y aburrida esperando la llegada de Lucas. Cuando estaba con él eran los únicos momentos del día en que me sentía persona. Después de cenar, viendo la tele, me preguntó por el chisme.
—No lo he usado. No estoy de humor, aparte no creo que ningún aparatito me quite la depresión.
—El aparato no. Es el sexo el que cura las depresiones. Hace que segregues endorfinas y no sé qué otras cosas ...
... que te harán estar dando saltos de contenta en nada de tiempo.
Sonreí al escucharlo. Inmediatamente volví a fruncir el ceño cuando me di cuenta de que era la primera sonrisa en mucho tiempo. Me apetecía estar deprimida, no contenta, ¡coño!
—Bueno, tú verás, pero ya llevas así más de dos semanas, ya es tiempo de que espabiles. A tu madre la he tranquilizado yo, pero seguro que un montón de gente te está llamando al móvil para interesarse por ti.
—Lo pensaré.
—Vale.
No insistió más. Era un gran amigo que me comprendía y no se ponía pesado, al menos no más de lo necesario. Cuando se marchó esa noche le di un abrazo, le quería mucho.
Al día siguiente caí en la tentación. No sé si por curiosidad o por aburrimiento saqué el Satisfyer de la caja y me lo llevé a la cama. Me dejó impresionada, tuve un orgasmo fabuloso pensando en que Thor me chupaba el clítoris. Esa mañana estuve más animada, serían las endorfinas que decía Lucas. Como no le esperaba para comer, dediqué otro ratito a mediodía al chisme. Para mi fatalidad, mi amigo había cambiado los planes y me pilló con las manos en la masa. Me pareció un oír un ruido y abrí los ojos, Lucas me contemplaba desde la puerta del salón mientras yo me aplicaba diligentemente el Satisfyer al clítoris con las piernas abiertas y el pantalón y las bragas en los tobillos.
Grité del susto y cerré las piernas. Lucas se dio la vuelta para no verme. Me levanté y recoloqué la ropa viendo a mi amigo temblar. ¿El capullo se estaba ...