El Vecino Ruidoso Cap. I
Fecha: 11/04/2023,
Categorías:
Bisexuales
Autor: cachopo, Fuente: RelatosEróticos
... llevaba un empalme de la hostia
,
que tuve que disimular atrapando el pollón con la goma d
el pantalón corto.
No entre en casa hasta que vi su potente cuerpo desaparecer en el ascensor
. Todavía estaba en
sock
, no me creía lo que había pasado. Mi mujer vino a mi encuentro a ver qué había pasado.
- Bueno, ¿le habéis dado una lección a ese degenerado? – Como siempre el
tono era más imperativo que de
pregunta.
- No lo sabes tú bien. No creo que nos dé más problemas. – Dije con una gran sonrisa.
- Ese es mi hombre. – Me dijo agarrándome del cuello para darme un ligero beso. Al abrazarse notó mi polla que seguía
dura.
– Veo que todavía te caliento con solo tocarte… igual esta noche te llevas una alegría. – Dijo zalamera mi mujer, que estaba por un día contenta.
- Creo que a partir de ahora todo irá mejor cariño… - La sonrisa no se iba a quitar de mi cara en muchos meses. O al menos, eso pensaba en ese momento.
Tras resolver el “pro
blema” con mi vecino mi mujer se
puso especialmente cariñosa. La pobre pensaba que el empalme que tenía desde hacía una hora era
por su culpa. Mientras ella
se
contoneaba
por casa, contenta de manipularme hasta esos extremos, yo pensaba en la pareja de policías que había conocido esa misma tarde. En realidad,
pensaba
en el poli joven que me había excitado de tal man
era que había olvidado todos mis
límites y tabús.
Mientras pensaba en él traté
de recordar su ...
... nombre
,
pero me fue imposible. Al mayor lo llamó Antonio, pero no recuerdo que
dijese el suyo
en ningún momento. Lo que recordaba con claridad era su pecho peludo, como sudaba cuando se follaba a mi vecino de cuclillas, como caían gotas de sudor de su recta nariz, quizás algo grande, pero que le daba un aspecto muy masculino. Me imagine lamiendo esas gotas de sudor, mientras me miraba con aquellos ojos llenos de vicio.
- Cariño, no puedes esperar al postre. – Miré extrañado a mi mujer mordiéndose un dedo intentando ser sexy. Hacía tiempo que no la veía de ese modo
,
y ya no le salía natural. Yo miré hacia mi polla, dura y con una gran mancha de
precum
que oscurecía mi pantalón corto.
- Perdona… - Yo estaba ensimismado en mis pensamientos y me costó volver a la realidad más tiempo de lo normal.
- No te hagas el tonto. – Dijo sobando mi
rabazo
por encima de la tela. – Venga, vamos a la cama.
- No… - Dije bajo.
- ¿Qué? – Se indignó mi mujer. Yo me levanté despacio y cogiéndola del cuello, me acerqué a su oído muy despacio.
- Me la vas a com
er aquí… - Me miró sorprendida. Iba a rechistar, pero mi
dedo
índice en sus labios lo evité. Con la otra mano
presioné su hombro mirándola con tal seguridad que sorprendentemente obedeció.
Al bajar el pant
alón mi polla dura
le golpeó en la mejilla. Hacía tanto que no me la mamaba que debía haber olvidado sus dimensiones. Aquello la puso más cachonda. Nunca lo hubiese imaginado. ...