1. Culo


    Fecha: 23/06/2018, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... lubricante un suave aceite de masaje de rosa mosqueta, así que me acaricia y penetra con total suavidad y facilidad, al mismo tiempo que se expande por la habitación un suave perfume que me encanta. Desde hace ya varios años le doy por el culo —le confesé que de jovencito les espiaba por las noches y nunca pude olvidar cómo su marido la sodomizaba, se echó a reír y me dio el culo en ese mismo momento— y ella también me lo hace a mí con un consolador de silicona sujeto a su cintura y muslos gracias a un arnés de cuero. Le encanta follarme por el culo, se excita mucho cuando me sodomiza.
    
    —He sido traviesa esta semana y con el grupo de amigas del gimnasio hemos ido a dar un vistazo al sex-shop que han abierto en el centro comercial. He comprado algo para ti y para mí
    
    Se trata de un largo consolador de silicona, de color negro, bastante blando, de por lo menos medio metro de largo, con punta de pene en ambos extremos, uno más grueso que el otro.
    
    Nos sentamos en la cama uno enfrente del otro, con las piernas muy abiertas —mi tía pone sus largas piernas por fuera de las mías— y bastante cerca, lo suficiente como para que Maribel se introduzca en el coño uno de los extremos del negro consolador, el más grueso, y pueda introducir en mi culo el otro extremo. Previamente ha impregnado toda la polla con aceite lubricante y me lo mete sin problema alguno, lenta y suavemente, pero con firmeza.
    
    —Me gusta, es como si me la estuvieras metiendo tú
    
    No me parece lo mismo, la ...
    ... verdad sea dicha, pero si a ella le gusta, algo es algo. Tengo mis manos ocupadas en acariciar las tetas y el culo de mi tía, quien con su mano derecha no suelta en ningún momento mi polla y con la izquierda sujeta el doble consolador para que no se nos salga con el movimiento de la follada. Nos movemos suavemente, de manera bastante coordinada, y aunque no es lo mismo que si me lo estuviera haciendo con el arnés, dado que es bastante menor la posibilidad de acción, la verdad es que me resulta excitante. No sólo a mí, Maribel jadea y respira fuerte, y ya hace varios minutos que me exige ocuparme con mis dedos de su clítoris.
    
    —Sigue, niño, sigue; no pares, me viene…
    
    Un grito corto, con voz ronca, como si le supusiera un gran esfuerzo, es la manifestación de su larga corrida.
    
    Después de su orgasmo Maribel se tumba por completo en la cama tras quitarnos a ambos el consolador. Yo me meneo la polla sin prisas, pero sin detenerme ni un momento. Apenas tardo un minuto en correrme, eyaculando varios densos chorros de semen que dirijo con mi mano hacia el cuerpo de la adormilada mujer para que la pringuen y manchen lo más posible.
    
    —Guarro
    
    —Guapa
    
    Un beso suave en los labios y los dos nos quedamos dormidos.
    
    Luisa y mi tía se conocían, claro, pero no congeniaron en ningún momento —Maribel a veces me pedía que me buscara otra novia, que esta era unbicho— y apenas tuvieron trato. A mi novia nunca le dije que tenía relaciones sexuales con mi tía, aunque ella me gastaba ...
«12...111213...»