Culo
Fecha: 23/06/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... nueve años más que yo y físicamente se parecen bastante su hermana Luisa y ella: alta, delgada, muy rubia, de tetas más grandes y un culo mucho más rotundo, no por ello menos deseable, redondo como un perfecto melocotón. No es tan guapa de cara como me parecía Luisa, tiene ojos oscuros, rasgos duros en su rostro y la nariz algo grande, pero en conjunto es una mujer llamativa que está muy buena. Intenta llevar una vida tranquila —tiene manifiesta desconfianza y cierta hostilidad en el trato con los hombres, tras un divorcio sentimental y económicamente muy difícil después de cinco años de casada— es funcionaria destinada en los servicios centrales de un Ministerio y, según ella, echa en falta tener sexo más a menudo, que practica conmigo y con Rafael, un amigo de toda la vida —desde niños— maestro en un colegio del barrio en el que ambos viven, y con quien por temporadas tienen lo más parecido a un noviazgo, hasta que se cansan, parecen alejarse un tiempo y de nuevo vuelven con intensidad. Como dice Rafa:
—Joder, no somos ni novios ni una pareja liberal ni follamigos, somos como la Parrala, que es otra cosa.
Amparo completamente desnuda, arrodillada en la cama, mirando mi polla como si se la fuera a comer, es algo serio, sí señor. Me gusta que se siente sobre sus talones, con las piernas muy abiertas y el torso erguido, de manera que veo reflejados su perfecta recta espalda y el majestuoso culo en el gran espejo de pared que tiene colgado enfrente de la cama, tengo sus ...
... tetas grandes, musculadas, levemente caídas hacia los lados, con pezones cortos y gruesos de un bonito color beige, delante de mis ojos, al alcance de mis manos, que tienen que decidir si empiezan ya a ocuparse de su abultado sexo, siempre depilado, completamente rasurado, del mismo color tostado que los pezones, que parece obsceno de lo brillante que se pone gracias a los muchos jugos sexuales segregados por la hembra.
Durante un buen rato Amparo toma la iniciativa tocando, agarrando, acariciando, apretando, masajeando mi polla, sonriendo con gesto alegre, respirando cada vez un poco más fuerte y rápido. Excitándose, claro.
—La de veces que me he corrido yo sola pensando que la tenía metida en el coño, tiesa, dura, rugosa, con todas las venas hinchadas, el capullo rojo, tenso, lista para disparar tus chorreones de semen
Pasa a besarme el rabo, muchas veces, continúa lamiendo arriba y abajo con toda la lengua, enseguida repasa el glande una y otra vez con los labios, la lengua, los dientes… toda la boca, ensalivando constantemente, con mucha suavidad. Se detiene, vuelve a mirar la polla como si fuera algo especial para ella, y me pide follar, ya, ahora mismo.
Es un espectáculo placentero y excitante ver a Amparo tumbada boca arriba en la cama, las piernas muy abiertas, los pies asentados sobre la sábana, las tetas desplazadas hacia los lados y los labios del sexo, hinchados, brillantes, claramente empapados. Está expectante, respirando deprisa, haciendo ruidos, ...