1. Todo... a un precio o nalgas a plazos


    Fecha: 19/04/2023, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... alzando las piernas al techo –en otra pose obscena que no correspondía a una chica recatada-- me recibió con un hondo suspiro, iniciamos la cogida, ambos arremetiendo en contrapunto, yo metiendo la verga furioso, con coraje y violencia, provocando el goce y disfrute de María que había colocado sus pantorrilas en mis hombros y gemía a grito abierto, minutos después sentí como su panocha palpitaba, toda ella brincaba en la cama pidiendo más y más verga, y se vino de forma estruendosa, a grito abierto –que los vecinos debieron haber escuchado--, no pude contener más la venida y terminé cuando la chica nalgona gemía todavía por el orgasmo. Al final quedamos abrazados y así dormimos un rato, ella de espaldas a mi, con su glorioso culo pegado a mi vientre.
    
    Cerca de las cinco de la tarde algo me despertó: la nalgona que lamía golosa mi pito semi dormido, sus caricias hicieron que poco a poco la verga tomara fuerza, y María se puso a mamar en forma, miré su lujuria, la ansiosa manera como agarraba la pinga con la mano derecha y rodeaba con labios carnosos toda la cabeza para iniciar la mamada, rica, sabrosa, titilando con su lengua los contornos, chupando, tragándose casi todo el tronco; su forma de mamar me desconcertó: "oye mamacita… según tú dices no te gusta la mamada y lo haces… riquísimo, sabes mamar como toda una experta"; su picara mirada se alzó por momentos: "¡cállate cochino!, no digas tonterías, si me gusta chupar pito, pero nomás poquito…, al Alfoncito chulo le doy ...
    ... sus mamaditas para que se aguante hasta que nos casemos, así he agarrado… práctica, bueno… además, como supondrás he probado otras… pingas, pero ahora ya casi no, pero… si… me gusta chupar… ya hasta me gusta sentir la verga echar lechita en mi boquita, pero tu pitote está bien rico, sabe sabroso y la tienes… enorme papacito", y siguió mamando unos segundos más, luego se separó coqueta, fue hasta su bolso y algo sacó de ahí, se acercó lujuriosa y me dijo con voz coqueta: "ahora papi… te voy a dar tu premio".
    
    Por momentos me quedé extático mirando con ojos de lujuria a la María, a cuatro patas sobre la cama, luciendo su glorioso nalgatorio, luego volteó para entregarme un tubo de gel lubricante: "si quieres colita… ponme un poquito de gel ahí, para que no me lastimes papito chulo" y se abrió los carnosos cachetes del culo. Así, por largos minutos le acaricié el culo a mi amiga, jugando con los dedos embadurnados de lubricante sobre su estrellado ano, sonrosado, lleno de pliegues; a la chica parecía gustarle el ejercicio, más cuando alguno de mis dedos era tragado por el caliente hoyo, ella suspiraba complacida, hasta que lo pidió: "¡ya papito lindo!, ¡dame la verga, ya la quiero!", abriendo más las nalgas con sus manos.
    
    Todavía me entretuve jugando con el culo de María, refregándole la punta del pito sobre el culo, para luego meterle media tranca a en la cavidad vaginal, luego deslizando el pito sobre su clítoris, así en intensos momentos de placer y lujuria, hasta que ella ...