1. Todo... a un precio o nalgas a plazos


    Fecha: 19/04/2023, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... solita colocó el culo sobre la punta de la verga y, con lentitud extrema, se fue empalando, al principio con cierto esfuerzo, pero luego el ano flexible rodeando el glande de forma amorosa y amigable, poco a poco se fue tragando el tronco, ella suspirando, gimiendo y yo con ojos de sátiro arremetiendo, siguiendo con la mirada como mi verga era absorbida poco a poco, hasta que mis vellos acariciaron esa delicada piel, casi virgen, bueno es un decir, pero al final quedamos pegados, ambos disfrutando, hasta que su voz: "¡anda papacito muévete rico!", y aferrado con furia a sus nalgas enormes inicié la cogida, el pito entraba y salía lustroso y fétido, una y otra vez, y otra vez, haciendo brincar los gloriosos cachetes, provocando gritos y gemidos de la nalgona, y más y más fuerte, cada vez con mayor violencia y rapidez, para gloria y disfrute de nosotros –ella y yo— los humanos pecadores, que quizá estábamos desacralizando aquella cama de la chica soltera y recatada.
    
    Tal vez este pensamiento añadió lujuria a la cogida anal: mientras padres y hermano rezaban en la pequeña iglesia de un pueblo perdido en las montañas de Michoacán, yo le estaba recetando la verga al culo de la hija que gritaba de placer y pedía más verga: "así papacito chulo de mi vida, ¡qué rica verga!, ¡quiero más, dame más!", hasta que no pude contener más la venida y ambos gritamos un largo e intenso "aaaaahhhhhh!", y los mocos llenando el ano de la culona que sincronizaba los apretones del culo con cada una ...
    ... de mis inyecciones de semen, hasta que la leche se acabó, pero el pito siguió palpitando dentro del flojo y apestoso hoyo de la nalgona.
    
    Aquella noche me quedé a dormir en casa de María y todavía en la madrugada repetimos el ejercicio sexual, hasta bajo la regadera por la mañana: ella alzando la patita para que yo la pudiera penetrar, eso sí, mientras tomábamos café, antes de irme, me sentenció entornando los ojos: "bueno papito ya te di bastantes adelantos por las próximas entregas de la tesis, ¿eh?".
    
    Así, a lo largo de seis meses, conforme avanzó la tesis de la nalgona, me la seguí cogiendo por todos agujeros disponibles para placer y disfrute de ambos, quizá más de ella, no lo se, pero cosa curiosa: al final ella estaba encariñara conmigo, o quizá más con mi verga, tal vez, pues cuando obtuvo la aceptación del trabajo final ante su asesor, ya con la fecha de su examen profesional –para lo cual también yo la preparé--, en nuestra cita final las lágrimas le brotaron preguntándose: "¿y ahora, qué?, ¿cómo le digo al Alfoncito panzoncito que me coja como tú?, en mi noche de bodas… ¡te voy a extrañar cabrón!, ¿qué voy a hacer papacito chulo de mi vida?".
    
    Epílogo
    
    Lo anterior es casi un relato real, solamente que ocurrió hace algunos ayeres, quizá 15 años atrás. Ahora María es Jueza de un Tribunal judicial, se casó con mi amigo Alfonso, quien se especializó en el terreno inmobiliario, vendiendo de forma fraudulenta terrenos y casas, mientras su mujercita lo respaldaba ...