1. Todo... a un precio o nalgas a plazos


    Fecha: 19/04/2023, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... taconeando, meneando su culo portentoso cubierto con una apretada falda negra que le quedaba chica. Di un sorbo más al horrible café y… momentos después ella regresó igual que se había ido, furiosa y taconeando sobre las baldosas de cantera y:
    
    --"¡Bueno ya, dejémonos de mamadas! Dame el documento y nos vemos en la casa a las diez, veré que hacer para deshacerme del Alfonso y en casa platicamos, ¿sí?... mira papacito, no creas que eres el único que puede ayudarme, así que decide, ¿si o no?".
    
    La miré a los ojos, que se le ponían bizcos cuando se enojaba: "pues si tienes una mejor opción, pues… ¡vaya con dios hija mía!".
    
    --"¡A las diez y en mi casa!", gritó apretando los puños y le entregué el fólder con los papeles –de los cuales había sacado el tema: "conclusiones"--, y se fue igual como se había ido la primera vez, las nalgotas vibrando enérgicas al son de sus altos tacones al caminar.
    
    Luego de pagar la cuenta salí al irrespirable aire fresco de la ciudad y caminé sobre Tacuba, buscando llegar a la cantina La Polar, pues se me había antojado una birria para cenar. Y caminé y caminé largas cuadras llenas a los lados de horrorosos edificios semi derruidos, pasé metro Revolución lleno de puestos ambulantes que vendían piratería china y seguí caminando un rato, batallando contra los chicos que inflaban "flexo" exigiendo "déme un varo patroncito". La birria me supo rara, insípida, por más limón y chile que le puse.
    
    Dos horas después toqué el horrible timbre de la ...
    ... casa de María, el ¡Rrrrrriiinnngggg!, estruendoso debió escucharse hasta calzada Zaragoza y ella abrió, amorosa, con gesto sublime y voz sugerente: "¡hola amorcito!, ya te esperaba, anda, pasa a la sala, ven", contoneando las caderas al caminar frente a mi. Todo parecía sombrío cuando llegamos a su pequeña sala, de hecho toda la casa parecía pequeña: cocina, comedor… hasta el baño, eran pequeños, pero de muebles casi nuevos y dejándome frente a un librero nuevo y casi vacío añadió: "espérame tantito… deja veo si mi madre se ya durmió, mi hermano y mi padre se duermen temprano, pero ella no, siempre está al pendiente. Espera, bajo en un momento...", y se fue, como siempre meneando sus nalgotas.
    
    Cuando regresó traía una botella de Chivas Regal casi nueva, dos vasos con hielo y el fólder con el proyecto de tesis, y mientras ella leía yo tomaba de mi vaso de Chivas en las rocas y: "¡oye, que bien redactas!, esto está casi perfecto… solo que faltan… las conclusiones" y alzó los ojos hacia mi que me servía de nueva cuenta de la botella de Chivas… le entregué las hojas faltantes que ella leyó. Y mientras ella fijaba la vista en las hojas escuché: "¿traes condones, sí?"; y siguió leyendo algunos momentos más, hasta que de nueva cuenta se fue por las escaleras diciendo: "deja y veo si ya se durmió mamá".
    
    Cuando regresó traía una pequeña frazada de algodón oscura, encendió la tv, "pa´que mi ma´ crea que estoy viendo la tele" y se sentó junto a mí diciendo: "oye papito, ¡no sabes el ...
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