1. HASTA LA CIMA - CUARTA PARTE


    Fecha: 20/04/2023, Categorías: Infidelidad Autor: maia24, Fuente: RelatosEróticos

    ... Cenicienta? Todavía no es media noche —fue fácil identificar la voz de Massimo al otro lado de la línea.
    
    —Perdón, Massimo —dije sacudiendo la cabeza para tratar de mantenerme a raya—. ¿En qué puedo ayudarte?
    
    —Estoy viendo que no has usado la tarjeta que te di —declaró—. ¿Puedo saber por qué? ¿No ha funcionado o te han dejado plantada?
    
    —¿La vida de un millonario no es lo suficientemente interesante como para perder el tiempo revisando si he usado o no la tarjeta? —cuestioné.
    
    —Me he tomado la molestia —dijo completamente despreocupado—. Además, quería asegurarme de que hubieses cenado bien, estás muy delgada y no me gustarías si perdieras uno que otro kilo.
    
    —Si quieres que cene bien págame las cenas tú.
    
    —¡Eso es lo que he tratado de hacer hoy! —exclamó—. Pero al parecer no ha resultado puesto que alguien está lo suficientemente molesta como para dar a entender que, en efecto, no ha cenado. ¿Te gustaría venir a cenar conmigo, preciosa?
    
    Suspiré profundamente. Aquel estallido de ira incontrolable había comenzado a consumirse más rápido de lo que había pensado, quizá gracias a la distracción de Massimo. Me sobé el puente de la nariz tratando de apaciguar un poco el dolor que se había desatado.
    
    —Hoy no —respondí finalmente.
    
    —¡Bingo! —exclamó una vez más—. Hoy no, pero mañana sí. Porque mañana estarás lo suficientemente hambrienta como para aceptar cenar con una persona como yo.
    
    —Exactamente.
    
    —Dile a Emilio que te di el día libre mañana —ordenó—. Voy ...
    ... a mandarte algo y debes usarlo durante la cena. Pasaré por ti personalmente. Ya sabes mi itinerario.
    
    Massimo cortó la llamada antes de que pudiera decir algo más, y yo agradecí ese acto de indiferencia que me permitió privacidad.
    
    ***
    
    —Si lo ves desde el lado objetivo de la historia, teóricamente Adrián se invitó a coger solo —comentaba Marena durante el desayuno, con una coleta en lo alto de su cabeza, café en una mano y las noticias impresas en el otro—. Digo, era cosa tuya y mía. Él estaba bien siendo el camarógrafo.
    
    La respuesta que le di a Marena fue una mirada larga de pocos amigos. El silencio de mi respuesta obligó a Marena a levantar los ojos del periódico, que me miraron y al hacerlo alzaron sus cejas con inocencia.
    
    —En mi humilde opinión —agregó sonriendo de forma melosa.
    
    Poco a poco entrecerré los ojos.
    
    —¿Qué estás haciendo? —inquirí.
    
    Marena seguía sonriendo, una mueca infantil que le sonrosaba las mejillas.
    
    —¿Qué? ¿Esto? —preguntaba sin bajar las mejillas ni un solo segundo—. La gente lo usa mucho para intentar agradar a los demás, deberías de intentarlo algún día.
    
    Tras un breve análisis en el que Marena no dejó de corresponderme la mirada y sonreír con falsead, algo dentro de mi cabeza hizo clic.
    
    —¿En dónde estuviste? —pregunté lentamente.
    
    Marena siguió con las cejas alzadas.
    
    —En mi cama, toda la noche —respondió atropelladamente.
    
    —No seas imbécil —escupí—. ¿En dónde estuviste la noche que Adrián te corrió del apartamento ...
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