1. HASTA LA CIMA - CUARTA PARTE


    Fecha: 20/04/2023, Categorías: Infidelidad Autor: maia24, Fuente: RelatosEróticos

    ... y encontrarme con el plástico de la tarjeta dorada se hizo cien veces más imperante.
    
    —¿Podemos hablar al respecto? —cuestioné.
    
    —No —dijo Adrián—. Es lo que quiero a cambio.
    
    —¿Y si no?
    
    Adrián me miró sin pizca de pena.
    
    —Cada quien por su lado.
    
    La familia de mi madre sufría problemas de ira por parte de su padre, o sea mi abuelo. Lo poco que me habían contado se resumía en una descripción de fuego en el pecho.
    
    —Un fuego grande, incontrolable —había explicado mi mamá.
    
    Y yo había creído que era una excusa para actuar mal y fingir que no habían tenido elección.
    
    Sin embargo, cuando Adrián dio los términos y condiciones de su perdón, algo se averió de tal forma que explotó calcinando parte del amor que le tenía. No podía pensar en otra cosa más que en la noche que Adrián había hecho el amor con Marena y conmigo. Fue así de sencillo, en menos de un segundo, que uno de mis recuerdos favoritos se había convertido en un arma de doble filo. Pensé en lo estúpida que había sido al curar una de sus fantasías, al ponerle a dos mujeres preciosas en frente y prometerle amor eterno mientras eyaculaba entre las piernas de otra mujer.
    
    Mil comentarios a la defensiva se aglomeraron en mi cabeza haciéndola palpitar:
    
    ¿puedo pedir yo algo a cambio por haberte visto coger a otra mujer? ¿Es infidelidad solo cuando te conviene? ¿Qué no te gustó de la noche del albino? ¿No te gustó que las dos mujeres que te habías cogido lo iban a hacer con alguien más? ¿No te gustó ...
    ... saber lo reemplazable que eres?
    
    Quería despedazarlo, destruir esa doble moral que estaba dispuesta a destruirme y someterme. ¿Por amor? ¿Iba a dejar que lo hiciera por el color de un vestido? ¿Qué más daba si nunca me llegaba a casar de blanco? Y si era capaz de pedirme que abandonara la única oportunidad decente que había conseguido en España, quizá lo mejor era que ninguno se presentara en el altar. Al menos no para esperar al otro.
    
    Tragué saliva, me puse de pie y miré a Adrián comenzar a hacer los movimientos para incorporarse también. Negué en un solo movimiento firme con la palma de mi mano y me fui lo más rápido que una caminata tranquila me pudo permitir.
    
    Fue una ira incomprensible, que tiraba de mis lagrimales gotas saladas que parecían haber sido pateadas con furia hacia el exterior. La cabeza me daba vueltas y yo no era capaz de dejar de pensar en mis hermanos, en el dinero que había logrado apartar gracias a los primeros dos pagos del trabajo de Massimo que me habían hecho llegar aun cuando estaba en capacitación. ¿Qué quería Adrián? ¿Qué hiciera esperar otros ocho meses a mi familia? ¿Qué yo siguiera de excursión por España mientras ellos sí eran capaces de ser una ayuda? ¿Esperaba que devolviera el portátil con el que había comenzado a llamarles a mis hermanos?
    
    Pensaba en tantas cosas que fue inercia responder la llamada entrante. Me di cuenta de que lo había hecho cuando escupía un gran
    
    ¿QUÉ?
    
    sobre la bocina del móvil.
    
    —Pero ¿qué le pasa a ...
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