HASTA LA CIMA - CUARTA PARTE
Fecha: 20/04/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: maia24, Fuente: RelatosEróticos
... —cuestionó.
Yo me encogí de hombros.
—Mamá es una persona difícil, no quería meterlos en problemas por mí.
Lian frunció ligeramente el ceño.
—Nosotros siempre nos meteríamos en problemas por ti —declaró con una calidez que me encogió el corazón—. ¿Quieres hablar con los niños? Te han extrañado mucho.
—Antes de eso, tú... —dubiteé—. ¿Tú sigues en la escuela?
Y por primera vez en la llamada Lian sonrió.
—Por supuesto.
Un peso de mi corazón cayó dejándome sonreír, entonces vi a mis dos hermanos menores restantes. Se mostraron tímidos, como si hubiese pasado toda una vida desde la última vez que nos habíamos visto. Matías se podía apreciar más alto desde la cámara y Tomás más regordete. Marena llegó justo a tiempo para saludarlos y concretó, junto con mis hermanos, realizar una videollamada cada jueves.
Por lo poco que mis hermanos me pudieron contar a ciencia cierta, mi mamá tomaba turnos dobles para poder mantener un estilo de vida decente, sin embargo, con la situación del país en general lograr algo por el estilo era más que complicado para una sola persona.
—Puedo mandarles dinero, es la idea original de que yo esté acá.
—¿Y luego cómo se lo damos a mamá? —preguntó Tomás.
—No lo sé —dije yo—, quizá podrían meterlo a escondidas en su bolsa.
Lian soltó una carcajada.
—¿Y entonces qué dirá ella? — inquirió Lian—. “Uy, qué buena suerte tengo, han aparecido de la nada un par de euros donde guardo mis bolívares venezolanos”.
Puse los ...
... ojos en blanco.
—Puede que sea una mala idea —acepté.
—¿Mala? Es terrible —definió Lian.
Cuando la llamada terminó, Marena y yo nos encargamos de una cena rápida y cayó la noche. Juntas nos ocupamos por generar las cuentas a pagar de ese mes e hicimos los sobres correspondientes para cada pago. Aparté un pequeño monto para cualquier emergencia y el resto lo guardé en otro sobre, mientras comenzaba mi investigación de la forma correcta de mandar dinero internacionalmente.
A eso de las tres de la mañana, cuando yo ya me encontraba en el quinto sueño recargada sobre mi portátil, alguno de los dos móviles sonó sacándome de mis ensoñaciones. Contesté entre dormida y despierta.
—¿Regina? ¿Estás ahí? —preguntó Adrián.
—¿Cómo te contestaría si no? —cuestioné.
Cerré el portátil y lo acomodé sobre la mesita de noche.
—No podía dormir —contó, apenado.
—Y me llamaste —señalé—. Eso es algo bueno.
Pero el silencio que se hizo al otro lado no auguraba nada bueno.
—En realidad no podía dormir porque tengo una pregunta que hacerte —asentí y Adrián continuó—. ¿Por qué estabas con Massimo?
Recordé la llamada de Adrián cuando estaba en el apartamento de Massimo y, aún peor, la forma en que la toalla se había resbalado de su cintura. Me sonrojé y agradecí que no lo hubiese preguntado de frente.
—Gabriel me ayudó a conseguir un mejor lugar dentro de la empresa —respondí con tranquilidad—. No te lo había contado porque el día que me dieron la noticia fue el ...