1. El regalo: Un antes y un después (Octava Parte)


    Fecha: 04/05/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... color blanco y con líneas azules de estilo marinero. Zapatos de piel y con tacón mediano. Como siempre ella tan espectacular.
    
    —¡Wow! Pao, pero si vamos a una visita comercial y no a un desfile de modas. —La saludé y ella mimosa se dio una vuelta entera para mi personal agrado.
    
    —¿Te parece mi rolito? Jajaja, Anda Nene, si seguimos aquí me vas a desgastar con tu mirada, Jejeje. —Si, por supuesto. Tienes razón, vamos–. Le respondí.
    
    —Ayyy, Rocky… ¿Será que me dejas conducir a mí? —¡No! ¿Estás loca? Ni sabrás conducir.
    
    —Y Ajá Nene, tu que te crees, que nací manca y sin ganas. No señor te equivocas. Anda Rocky no seas malito. ¿Sí, sí, sí? ¡Por favor!, ¡Por favor! ¡Por favooor! —Y haciendo gestos con su boca a modo de pucheros de un bebé, ella se mostraba toda consentida y entornando sus ojos esmeraldas… Aquella rubia me hizo claudicar.
    
    Terminé por entregarle las llaves del Mazda, resignado y sonriente.
    
    —Ok, Pao pero vamos a ir con calma. El trayecto será de alrededor de unos cuarenta y cinco a cincuenta minutos. Tomaremos inicialmente la A6, según lo muestra el navegador de mi móvil, para empalmar luego con la M-601. ¡Fácil!
    
    Paola me miró sonriéndose maliciosamente, como aquel coyote de los dibujos animados, colocando trampas que nunca funcionaban para cazar al correcaminos y mordiéndose a la vez la punta de su lengua, se ajustó el cinturón de seguridad y se acomodó los lentes azules. No miento, aquella disposición para conducir, me causó escalofrío por todo ...
    ... el cuerpo.
    
    —¡Ajá Nene! coloca musiquita pero que nos motive para viajar, no para cortarnos las venas, ¿entendido? —Ok, jefa, tu mandas, a ver… y finalmente encontré un Cd de música variada que había descargado meses antes.
    
    Y al empezar a sonar «Bad Romance», de Lady Gaga… ¡Quién dijo miedo! Mi rubio tormento comenzó a acelerar, avanzando por un costado y luego adelantando por el otro. Y yo hay, con los ojos bien abiertos, temblando. Mi mano derecha agarrada de la manija ubicada sobre mi cabeza, la izquierda puesta sobre el freno de mano, por si las moscas y con mi pierna derecha, empujando el tapete del piso cada vez que veía que ella tenía que frenar y yo sin que pisar. ¿Quién carajos me mandó a ser tan débil? Pensé angustiado.
    
    Afortunadamente la vía de varios carriles no mostraba demasiado tráfico, respiraba ya con mayor tranquilidad, pero pasando por una rotonda, se escuchó el inicio de una vieja canción de Cyndi Lauper y su famosa «Girls Just Want to Have Fun » y empezó Cristo a padecer. Aceleró más, cantaba a grito herido, soltaba las manos del timón para aplaudir y me miraba. Se reía, movía su cabeza como una loca desadaptada de izquierda a derecha y se burlaba de mi nerviosismo. Tendría que calmarla, así que pensé… ¡O quito el Cd, o abro la puerta y me lanzo del coche! Y mi rubia Barranquillera tan solo se agitaba en su asiento, carcajada plena, risas a todo pulmón.
    
    —Mira Pao, tengo hambre. ¿Ya desayunaste? —Le pregunté para disimular el susto, bajando el ...
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