El regalo: Un antes y un después (Final)
Fecha: 06/05/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... festejar por ahí y feliz por nuestra llegada, ya que previamente lo habíamos acordado y esa noche si nos esperaba. La nerviosa era la rubia, la castaña permanecía serena. El domingo próximo seria la boda. Había prometido Paola un regreso después de entregar junto a mí, su regalo a mi esposa y yo lo anticipé. Y por supuesto que un obsequio se paga también con otro y esa era Silvia, que deseaba estar con mi rubia compañera y junto a mí, devolverle con ganas y la experiencia ya obtenida en Turín y en aquel chalet, una cálida y sexual despedida de soltera.
—Y esa es nuestra historia mi apreciado Thomas, lo que ocurrió para estar ahora aquí disfrutando de este ardiente sol, de las playas tan maravillosas y de la grata compañía de esta preciosa madrileña. —Y Martha abrazándome con mayor fortaleza, me besó con ansías y sin remordimientos delante de nuestro teutón anfitrión, recostados sobre una amplia colchoneta a rayas azules y blancas, en la cubierta superior de popa del lujoso yate alquilado y que anclado en el puerto esperaba por los demás para irnos a una playa escondida por Puerto Plata, durante tres días y sus dos noches, anclados en altamar.
—¿Y dónde están sus parejas? —Me preguntó Thomas intrigado por la tardanza. —¡Ahh! Pues Silvia y Hugo se fueron a dar una caminata en compañía de la Mechas y su esposo, ya que deseaba darles un pequeño recorrido por playa Bávaro. Pero ya están tardando demasiado. ¿Los llamamos precioso mío? —Me preguntó inquieta Martha y yo ...
... levanté del piso de aquella embarcación mi teléfono, que permanecía en silencio sobre mis blancos shorts adquiridos en un local chino, para marcarle al de mi esposa, cuando ya puesto en pie, Thomas agitó su brazo en el aire y era su efusivo saludo para aquel cuarteto de bronceados turistas que ya se acercaban por la pasarela flotante de madera, unos metros más allá. Hugo tomando de la mano a Silvia que venía preciosa con su bikini negro y el pareo translucido ceñido a sus caderas, ondeando por la brisa, acompañados por la mujer de Thomas y obviamente por su «oficial» marido.
Le ayudé a mi preciosa esposa a subir a bordo y una vez puestos sus pies sobre la cubierta, Silvia me abrazó; nos besamos y me pidió que nunca le soltara de la mano. Su miedo al agua aún no lo superaba y el ir y venir de babor a estribor, tampoco ayudaba a apaciguar su temor. Solo yo a su lado y al nuestro, ellos dos.
… Dos años y unos meses después, una mujer que no reconocí, se acercó a mi escritorio y tan solo al responderle afirmativamente que yo era a quien buscaba, me entregó en una bolsita de regalo, tres bombones de chocolate envueltos en un dorado papel, de los mismos que solía yo regalar a mis clientes cuando los visitaba. Había dejado esa dulce costumbre hacia muchos meses ya. Dentro del bonito empaque, una nota con una letra conocida y aquella dirección desconocida. Era un jueves creo, a comienzo de abril cuando a medio día, papel en mano, caminando despacio y al girar en una calle encontré la ...