1. El regalo: Un antes y un después (Final)


    Fecha: 06/05/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... dirección indicada. Bonita la casa de dos niveles, techos empinados a dos aguas y una amplia fachada revestida de ladrillos naranjas y brillantes por el barniz. Barrotes blancos resguardando de ladrones las ventanas. En una de ellas, en el segundo piso un fugaz movimiento de un velo blanco.
    
    —¡Anda nene! Sigue que estás en tu casa!–. Escuché con alegría aquella voz tan familiar. —Empuja la puerta que la dejé entreabierta… ¡Y ajá! No te quedes ahí fuera Rolito precioso–. Y con un leve empujón, abrí el ocre portón, para encontrarme con un pequeño recibidor y un gran espejo adosado a la frontal pared. Una amplia sala bajando un nivel, decoradas con festones las paredes color marfil, globos y tiras de colores pendiendo del anguloso techo de listones de madera lacada y en frente mío, una hermosa pequeña rubia, diminuta versión de aquella querida tentación, que se me quedó mirando fijamente, sin temor pero callada.
    
    Dorados sus cabellos, con sedosos rizos que le caían con mucha gracia por el frente de su carita sorprendida y de un verde intenso le brillaban sus ojitos, iguales a los esmeraldas de su madre, sin embargo la forma y el color de sus cejas y pestañas, eran muy diferentes. Por saludo le obsequié mi sonrisa, arrodillándome en frente de la pequeña niña, tomé del bolsillo de mi chaqueta de paño, un pequeño dulce por presente que tenía forma de cono, envuelto en un brillante papel aluminizado. La rubia miniatura no lo quiso recibir y asustada, salió corriendo en busca ...
    ... de su protectora madre que se encontraba en la cocina, gritando dos veces... — ¡Mamá, mamá! —
    
    Casi que enseguida, por la puerta a mi espalda sale mi rubia tentación, carente de maquillaje y su melena dorada que en tantas ocasiones tan bien peinada la mantenía, sin embargo esa tarde la tenía trenzada y apartada hacia un costado, cayendo por delante de su pecho. Con la niña en brazos, la sonrisa fresca de siempre y que nunca olvidaré, me estampó un delicado beso en la mejilla, a modo de bienvenida.
    
    Raro sentimiento ese de un reencuentro entre dos personas que tanto cariño se entregaron. La blanca mano de Paola, se hizo con el bombón que le había ofrecido a su hija y se lo entregó. Por fin la chiquilla lo acepta y me sonríe con su infantil timidez. ¡Hermosa y sonrosada! ¡Pequeña y vivaz! Obviamente después de algunos minutos por fin entra en confianza conmigo.
    
    —¡Agatha! Da las gracias a mi amigo. Se llama Rodrigo pero para las dos, le llamaremos como a él más le gusta. ¡Rocky!... ¿Roti? —Y la criatura por fin se dejó alzar en mis brazos. —¡Y ajá Cachaco precioso! Sostenla un poco mientras le preparo su biberón. Anda no te quedes ahí, me dice reclamando mi atención. ¡Acompáñame!–. Me ordenó Paola, dándose de nuevo la vuelta para dirigirse al fondo de la cocina
    
    Ya junto al mesón del fregadero, sosteniendo el leve peso de Agatha en mis brazos, observé su angosta espalda y las caderas anchas, el largo de sus piernas y los pies calzados simplemente por unas sandalias ...