1. El regalo: Un antes y un después (Final)


    Fecha: 06/05/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... hundido ombligo, tan solo la punta la utilizó para saborear el chocolate, –esparciendo alrededor un poco– y luego de escuchar un pequeño gemido, proveniente de la garganta de Martha, de un pequeño sorbo se llevó al interior de su boca la cereza y luego con todo el ancho de la parte superior de su lengua, lamió y relamió el chocolate que esparcí dirigiéndose presuroso hasta un lugar que seguramente mi esposo deseaba probar igual.
    
    —Ya está. ¡Detente, detente! —Dije yo, casi con un grito–. Y Rodrigo se incorporó echando su torso un poco para atrás, algo sobresaltado.
    
    —Bueno cariño mío… ¿Dinos que has probado, adónde y de quién? —Le preguntó Martha a mi esposo, limpiando con su dedo índice, algo del chocolate que quedó alrededor de su ombligo y con su otra mano, acariciándose tiernamente su pezón derecho, sin mirarme.
    
    Y mi esposo haciendo gala de su buen humor, graciosamente y en un rebuscado francés nos respondió…
    
    —¡Hummm!... Era una cerezé, en salsé de chocolaté y servidé en el ombligué de… ¡Mademoiselle Marthé! —Y entre risas de todos allí, incluido un ya más tranquilo Hugo, yo lo aplaudí y me acerqué para besar sus labios y felicitarlo por su brillante actuación.
    
    —Eso es… ¡Correcto Monseiur Cárdenas! —Le respondió también Martha con bastante gracia y a continuación les dijo a aquellos dos participantes…
    
    —Van empatados caballeros. ¿Desean continuar? —Les preguntó y mi esposo nuevamente nos dijo a las dos…
    
    —Estoy como Cristo colgado en la cruz. ¡Tengo sed! ...
    ... Me puede alguna de ustedes… ¿Dar un poco de mi cerveza? —Y yo diligentemente alcancé la lata blanca, pero en vez de acercársela, yo tomé un largo trago y lo retuve dentro de mi boca para acercarme a la suya y en su interior deposité aquel sorbo, –recordando el trago de aguardiente que me dio a beber la rubia amante de Rodrigo– aprovechando para besarlo durante unos segundos hasta que Hugo carraspeando también pidió un poco de su coctel.
    
    Martha tomó la copa de Manhattan y se acercó a su esposo, para decirle con tierna voz que abriera un poco su boca y sumergiendo en el líquido de aquel coctel, dos dedos de su mano derecha, los pasó empapados con suavidad por los labios de Hugo haciéndolos brillar bajo la tenue luz que nos iluminaba, proveniente de los dos focos que permanecían encendidos en el porche de su casa, para luego de darle a beber un corto trago. Ella bebió también algo de aquel coctel y así terminaron finalmente por besarse. Y en mi interior me sentí feliz por el ósculo reencuentro de aquellas dos almas tan atormentadas.
    
    —¿Continuamos? Les pregunté a los tres, interesada en seguir jugando y sentir esas nuevas y excitantes sensaciones sobre mi cuerpo y deleitándome con la visión de lo que Martha también podía sentir. Unos segundos después, ella se hizo de nuevo a mi lado por detrás de la mesa de mármol y preparó el siguiente postre. Mermelada de piña y un poco de yogur griego que yo esparcí horizontalmente sobre aquella pequeña hondonada, que se formaba entre su ...
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