1. Rencor o cariño


    Fecha: 06/06/2023, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... nuestra acompañante de lujo, de lo bonita que era, mis atributos, mis dimensiones y todo lo más que se puede decir de una mujer hermosa, de la que está uno enamorado. Me abrazó sin pedir permiso y le contesté el abrazo con muchos besos ya húmedos, como él me los regresó enseguida. Me di cuenta de que, con mucha discreción, no me quitaba la vista de mis pechos que se asomaban cada vez más, a los lados del zíper. En un momento llevé mi mano instintivamente a mis pechos, tal vez para cubrírmelos o subir la cremallera que ya estaba casi a la altura de mi ombligo, o bajarla todavía más, pero él, sutilmente, me detuvo la mano y me la beso. Claramente escuché que me dijo
    
    “¡por favor, no!”
    
    Cada vez que Greg quería intentar ir más adelante en sus tentaleos noté que antes le apretaba un brazo a Horacio, parecía que era preguntando si tenía alguna objeción o si le daba permiso para proseguir, cosa que ya ni era necesario, sus manos ya habían iniciado su investigación por todo mi cuerpo, yo ya las veía y sentía, manoseándome por delante y por detrás, por todas partes, le faltaban muy pocos lugares de investigar sin que se dieran más cuenta los meseros, ni Horacio pudiera objetar.
    
    Llegó un momento en que Horacio, discretamente, se levantó y se retiró. Se tardó un poco y a su regreso me platicó, que uno de los meseros le dijo que se habían apropiado de su chica. Para no quedar mal, les respondió que no era suya y podía hacer lo que quisiera.
    
    Cuando no estaba Horacio presente ...
    ... Greg me preguntó que si tenía algún acuerdo con mi marido, no entendí bien lo que quería saber, pero le contesté que sí y sentí que se sintió todavía con más libertad.
    
    Mientras tanto Greg continuaba abrazándome libremente y pasando su mano por debajo de mi axila, me sobaba suavemente el lado del pecho y acariciaba mi pezón, causándome una ¡sensación deliciosa, explosiva, tremenda!, cosa que me puso más débil y desarmada, me derretía y ya no podía oponer resistencia a cualquier cosa que él deseara de mí, o quisiera hacer conmigo.
    
    Después de esas escenas de exagerado erotismo, tremendas, ya porno, salimos del restorán sin terminar lo que habíamos pedido de cenar, pagamos y nos dirigimos al condominio. Confieso que yo ya iba un poquito pasada de copas. Al llegar, Greg me ayudó a salir del carro, casi me cargó hasta su unidad. No peso mucho ni la distancia es muy grande, pero ya íbamos los dos que explotábamos de excitados. Yo ya iba casi desnuda, mis pechos de fuera y el vestido solo me cubría algo de los hombros. ¡Qué cosa más hermosa! Después le platique a Horacio que en esos momentos yo ya no estaba consciente de lo que hacía o lo que me sucedía y no recuerdo muy bien ni adonde me llevó Greg ni en donde me tuvo.
    
    Horacio cuenta que al entrar al departamento, de un lado queda un closet y del lado de enfrente una barra del bar, algo elevada y con bancos para sentarse y tomar la copa. Greg la sentó en la barra, cargándola, ya totalmente desnuda, solo le quedaban los pantis ...
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