Angie (III): En la piscina con mi hermana Lucía - Relatos Eróticos

Angie (III): En la piscina con mi hermana Lucía

... y lo que me deparaba.

Papá: Tú seguiste, es igual o hasta peor! Ándale.

Mama: Gordo que estás haciendo, no puedes estar nalgueando a las niñas, ya son adultas.

Papa: Amor, tu sabes que hay que educarlas porque si no se desbandan, tu sabes porque —mientras le guiñe el ojo de vuelta.

Mi madre se ríe y se para prender la radio y colocar música como siempre acostumbra en las mañanas.

Con una extraña sensación camino cabeza gacha hacia donde está él mirando sus enormes manos sintiendo una corriente eléctrica que me hace parar sutilmente la cola al estar al lado de él.

Papá: Tú deberías ser la más avergonzada, mírate nada más dice mirándome las pompis casi desnudas —dice de manera molesta.

Cuando siento su mano pegar tremendo azote que me hace vibrar mi enorme trasero en toda su plenitud. Si pareciera que vas desnuda murmura, apreciando más en profundidad cómo se pierde la tanguita entre las nalgas, no puedo evitar estremecerme al sentirme así de observada cuando siento que tomando mi cintura con sus enormes manos me aprieta para girarme un poco para observar en detalle cómo esa tanguita de tipo hilo se perdía entre mis hermosas pompis.

Cuando siento llegar una segunda nalgada aún más fuerte que me hace gritar de la potencia de ese golpe.

—Ayyy!! Papi, porque a mi dos —le digo sorprendida por lo inesperado de ese segundo castigo y por cómo me había mirado.

Papá: Por ser la menor, y ahora te fuiste si no quieres otra.

Yo: No no papito, ya me voy ...

... —digo cuando veo a mi hermana en la entrada del baño mirándome con cara de mala, como burlándose por ese doble castigo. Me dirijo hacia ella matándola con la mirada dejar sentir el dolor en mis pompis producto del castigo de papa, ella se mete al baño riéndose y al entrar le digo— Viste lo que provocaste tonta!

Lucía: Que papá nos deje vestir como queramos, de eso te quejas? Deberías agradecerme tontita.

Yo: No tonta, de esto —le digo señalándole la cola que la tenía toda roja e hirviendo producto de las nalgadas recibidas.

Lucía: Ay si mira como me dejo a mí —me dice mostrándome su cola que al ser más blanca se veía más rojiza.

Yo: Pero a mí me pegó dos!

Lucía: Bueno ya te dijo papá, te lo merecías por ser tan agrandada pendeja.

Yo: Que pendeja, tengo 18.

Lucía: Pendeja igual —dice riéndose y se da la vuelta para empezar a maquillarse mirándose al espejo.— Aparte a mí no me engañas, que ese hilo no es lo que usas como bikini para tomar sol, aparte ese top mugroso es tu pijama.

Yo: Y si quiero usarlo para tomar sol, cuál es el problema? —dije tratando de esconder la razón por la cual me la había puesto la noche anterior.

Lucía: Ninguno pendeja, de echo me encanto, me la podrías prestar un día que a mí seguro me quedaría mejor —me dice mirándome a través del espejo.

Yo: En eso te equivocas hermanita, incluso ese que llevas tú te aseguro que me queda mucho mejor. —le digo mirándola de vuelta.

Lucía: Que dices tontita —me dice media picada— lo único ...