Angie (III): En la piscina con mi hermana Lucía - Relatos Eróticos

Angie (III): En la piscina con mi hermana Lucía

... menciones —le digo haciéndome la ofendida.

Lucía: Tranquila pendeja, no es más que un viejo feo, gordo y pelado que jamás tendría oportunidad de estar como una chica como tú o como yo, piensa en que le alegraste el día —dice más seria pero sin quitar su sonrisa.

Yo: A mí no me interesa alegrarle el día a ese viejo pelado —le digo mintiendo mientras analizo lo que me dice tratando de encontrar la razón de porque fantaseaba con él, quizás le gustaba sentirse deseada por hombres que jamás tendrían oportunidad como ella decía.

Lucía, Bueno, ya lo hiciste pendeja, seguro se la pusiste dura y hoy se va hacer una en tu honor.

Yo: Que asquerosa eres Lucía, como dices esas cosas. Aparte eres tú la que estaba toda coqueta con él, crees que no me di cuenta?

Lucía se sonrojo mirándome sorprendida pero saliendo del paso me dice: —Bueno que tiene de malo alegrarle el día a un pobre viejo.

Yo: Bueno, si tanto quieres alegrarlo, llámalo para que te coloque bronceador.

Lucía: Uhmm pendeja, no sería mala idea o no, seguro también te animas —dice riéndose.

Yo: Estas loca, no soy tan pervertida —le digo.

Lucía: Eres mi hermana Angie, apuesto que eres igual o hasta más pervertida.

Yo: Ya cállate tonta, mejor tomemos sol, échame bronceador —le digo.

Lucía: Dile a Don Pedro dice riéndose y apunta con su cara hacía la entrada del edificio, donde se encontraba Don Pedro barriendo.

Siento una extraño cosquilleo en mi pupi y como se humedece al sentir su presencia, ...

... lo miro y nos hace señas como diciéndonos aquí estoy cualquier cosa.

No entendía cómo mi cuerpo podía excitarse con un hombre así de feo. En eso Lucía lo llama con la mano para que se acerque. Qué mierda pienso sin creer lo que está pasando, acaso le va a pedir que le dé bronceador de verdad, me sentía como en una de las fantasías de Lucía pero haciéndose realidad, estaba intrigada de que diría mi hermana.

Don Pedro: Señorita Lucía, a sus órdenes —decía mientras se sobaba las manos todo emocionado de estar cerca de nosotras mientras nos devoraba la cola ambas con su mirada de pervertido que no se podía contener, se veía lo ansioso y emocionado que estaba.

Lucía: Ay Don Pedro, es que con Angie estábamos discutiendo cuál de las dos tiene el más lindo bikini, entonces le dije que necesitábamos la opinión de un tercero para que fuese imparcial para zanjar la discusión y lo escogimos a usted.

No me lo podía creer, me estaba involucrando en su mentira aunque era cierto que habíamos estado discutiendo jamás hablamos de un tercero y menos que fuese él.

A pesar de esto yo por dentro estaba muy excitada, de cómo mi padre me había tomado entre sus grandes manos para contemplar mis hermosas pompis devorando el tanga, como me las castigo nalgueando mis provocadoras nalgas, debo reconocer que eso me excito mucho. Luego dejé caer el pareo intencionalmente para mostrar mis pompis a ese desagradable sujeto, a pesar de que mi papá me había castigado por mi tanguita, la calentura ...