1. Mi instructor del gimnasio me hace nena


    Fecha: 25/06/2023, Categorías: Transexuales Autor: fernandatrans, Fuente: CuentoRelatos

    ... acabar, mi hombre lo ha dicho. Me gustará. Lo sé.
    
    Su polla entró más adentro y encontró algo que mi cuerpo no sabía que existía.
    
    -Aaaahhh. -Placer. Un placer nuevo, extraño, cálido, precioso desbancaba al dolor. Lo sabía. Mi hombre me lo ha dicho, me gusta.
    
    Mis gemidos aumentaron, de placer, no había dolor. Mi cuerpo lo aceptó. Mi culo lo acepto. Mi cuerpo lo sabía y me lo dijo con placer cuando la polla de Eduardo entraba suave y libremente por mi culo. Mi cuerpo se agitaba, no luchando, sino acompañando a mi hombre a arrancarme la poca hombría que quedara en mi cuerpo. Aceptando ser ese ser andrógino, delicado, dulce, sumiso, afeminado… femenino.
    
    Mi cabeza hacia atrás buscaba los labios de mi hombre. Mis labios soltaban palabras de ánimo a mi hombre. Sí. Dame más. Hazme tuya.
    
    Mi pene fláccido temblaba con intensidad a cada embestida. Mi próstata enviaba oleadas de placer a cada centímetro de mi cuerpo. Mi espíritu quebrado y sometido se entregaba al macho que me montaba pidiendo más. Y mi hombre, con su pecho suave y duro, tierno y brillante, cálido y fuerte pegado a mi espaldita hundía su polla en mi culo cada vez con más fuerza, embistiendo mi culo con su falo dominante y poderoso, rindiendo mi culo y mi cuerpo a su poder, haciéndome suya. Gimiendo fuerte y profundo, grave y masculino. Y yo gimiendo fuerte, alto y femenino. Diciéndole lo sé, diciéndole tenías razón, diciéndole Soy Tuya!
    
    De repente sus embestidas se hicieron más distanciadas, más ...
    ... fuerte, más profundas. Su polla engordó en mi culo y empujándome casi aplastándome entre el sofá y su espalda explotó en mi interior inundándome de algo cálido, viscoso y húmedo. Su polla escupía semen en mi interior bombeándolo hacia adentro y hacia fuera, su semen chorreaba por mis muslos mientras me penetraba. Su espalda se arqueaba hacia atrás y sus caderas me empujaban más y más hacia el sofá, hundida y cachonda, loca de placer y de lujuria. Su mano buscó mi polla, la encontró. Tres embestidas de su polla que aún no perdía su fuerza, y tres sacudidas a mi polla de su mano retorcieron mi cuerpo entre chillidos y espasmos del placer más intenso que podía soportar. No, no podía. De mis ojos cayeron lágrimas y de mi pene salieron chorros de semen caliente. De mi garganta alaridos de placer y mi cuerpo se retorcía y peleaba por que parase. No sabía que se podía sufrir tanto de placer…
    
    Al fin caí rendida sobre el sofá, gimiendo y llorando de placer, respirando aceleradamente y temblando como una hoja. Eduardo se dejó caer a mi lado y cubrió mi espalda con su pecho cálido, fuerte, brillante, masculino. Estuvimos así no se, cinco, diez minutos, ocho horas… Respirando y volviendo a la vida.
    
    Ya en la ducha, no sé cómo llegué a ella, Eduardo entró y me miró. Un hombre alto y musculoso, fuerte y masculino me miraba desnuda. Yo le sonreí. Él entró en la ducha y delicadamente cogió el jabón y empezó a frotar mi cuerpo con sus fuertes manos de forma delicada. Él era un hombre fuerte, ...
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