Mi instructor del gimnasio me hace nena
Fecha: 25/06/2023,
Categorías:
Transexuales
Autor: fernandatrans, Fuente: CuentoRelatos
... hubieras imaginado cuando lo aceptes, cuando aprendas a amar a otro hombre, y dejes de sentirte hombre. Después acercó su cara rozando la mía, y susurrándome al oído dijo:
-Esta noche te voy a arrancar la poca hombría que te queda. Y te voy a romper el culo como a una zorra. -al oír esa frase me invadió el miedo y el terror y me levanté de golpe intentando correr amanerada y torpemente por culpa de los tacones hacia la puerta. Pero en dos zancadas me alcanzó. Me cogió del brazo y dijo:
-No!... no, no. No nena. Sabes que no.
Al oír sabes que no dejé de tirar. No volví mi cara hacia él pero apreté mi otro brazo contra mi pecho haciéndome pequeña, indefensa y sintiéndome sometida. Tiró de mí hacia su cuerpo dejándome una vez más pegada sobre la piel de su pecho, cálido, fuerte, masculino, y allí me apoyé. Su mano bajó a mi sexo y lo apretó gentilmente sobre el raso. Levantó mi barbilla y mirándome me dijo:
-Acéptalo, vas a dejar de ser un tío y vas a ser mi nena. Hoy vas a aprender a amar a un hombre de verdad. -y posó sus labios sobre los míos. Mi mano libre se posó sobre su pecho, mis piernas temblaron y todo mi cuerpo se vino abajo cuando la mano que acariciaba mi sexo se cerró apretando fuerte todo lo que había dentro de mis bragas. Gemí de dolor y perdí el equilibrio, dejando escapar un par de lágrimas, confusa, impotente y sometida. Me agarró con su brazo por la cintura y me devolvió al sofá, aun temblando por el dolor del apretón en mi sexo y él, delante de mí ...
... terminó de desnudarse. Se sentó junto a mí y me ofreció más vino. Otro cigarrillo y un frasco de aceite corporal. Al ver mi expresión me tranquilizó con una sonrisa y con su mano acariciando mi nuca diciendo:
-Tranquila, que no es para eso. Aún no.
Yo cogí el frasco sin decir palabra y el continuó:
-Tienes que aprender a amar el cuerpo de otro hombre. Cuando disfrutes del cuerpo de otro hombre, podremos arrancarte la poca hombría que te quede y entonces podremos hacerte una nena de verdad. -hizo una pausa, bebió un sorbo de vino, le dio una calada a su cigarrillo y continuó diciendo:- Usa el aceite en mi cuerpo nena, acaricia mi pecho, mis brazos, aprende a amar mi cuerpo.
Sumisamente abrí el frasco y dejé caer un poco en mi mano, lentamente llevé la mano a su pecho y comencé a frotarlo. Estaba duro, pero era tierno. Era cálido, fuerte. Brillante y suave. Pasé mi mano acariciando la suave superficie de sus pectorales. Pasé la mano por los pezones y el gimió. Sus ojos estaban cerrados. Sus brazos relajados, sus piernas abiertas y su sexo al aire. Yo estaba libre, la mesa de café juntó al sofá le impedía el paso a él, no a mí. Estaba libre, podía escapar. Me visualicé soltando los tacones y corriendo hacia la puerta, cogiendo mi bolsa del gimnasio que veía en una silla junto a la puerta, estaba ahí. Me cambiaría en el ascensor y si me alcanzaba sería en el rellano donde podría gritar y eso lo asustaría. Desnudo como estaba no querría dar explicaciones, me cambiaría ...