Conociendo a Juanita
Fecha: 28/06/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Ber, Fuente: CuentoRelatos
... soltar un llanto franco que me dejó apesadumbrado.
Lo único que se me ocurrió hacer fue tomarle la mano y acariciársela, mientras ella lloraba. Tomó un pañuelo y se sonó la nariz. Sollozó un poco antes de volver su rostro hacia mí y comenzar a hablar calmadamente porque yo me había quedado mudo. Ella entendió que mi silencio no era por el asombro sino empatía con su tragedia.
–Ahora ya sabes por qué no tengo a alguien que me cuente las estrellas y comparta mis sueños. Pero esto que te digo es para contarte algo que he pensado desde hace un año y vi la oportunidad de comentarlo con alguien que no tuviese derivación en mi trato diario –señaló y yo me alerté pues en sus palabras intuí, afortunadamente de manera errónea, que Juanita pensaba atentar contra su vida.
–Vamos, Juanita, yo creo que para todo hay solución –traté de reconfortarla y besé su mano como signo de apaciguamiento.
–Sí, y de eso quiero hablar y pedirte opinión, tú que sabes de “haberes y deberes” –dijo sonriendo, en alusión a la partida doble inventada por el renacentista Luca Paccioli, y discretamente retiró su mano de la mía para tomar otro bocadillo y aumentar la distancia entre nosotros.
–Soy todo oídos para ti – dije sin acusar recibo del distanciamiento que hizo.
–Una de las cosas que he investigado es que por medio de una operación quirúrgica pueden reducirme el tamaño del clítoris, pero seguramente esa ablación puede traer otras consecuencias. ¿Crees que valdría la pena para no ...
... ahuyentar a los hombres, o mejor será seguir mi camino de soledad?
–¡No, no lo hagas! –otra vez hablé con la franqueza de mi reacción inmediata –¡Podrías tener problemas mayores a los que quieres arreglar! –insistí con menor volumen, pero firme.
–Lo sé, pero lo que no sé es cómo hacerme de una vida normal –dijo y se quedó callada esperando mi opinión sobre los “haberes”.
–Debemos aprender a vivir con lo que tenemos, y “nunca falta un roto para un descosido” –dije con seguridad y una alegría de haberme equivocado en la posibilidad de que ella pensaba suicidarse.
–Sí, eso puede decir alguien a quien no le pese lo que a otro le sucede, pero ¿cómo me convences que está bien vivir sola –insistió.
–Yo no sé si sea bueno o no vivir con o sin compañía diaria, amándose y peleándose o hacer lo que a uno se le pegue la gana sin ser recriminado por su pareja. Hay mucha gente que ha podido vivir de una u otra forma hasta la ancianidad, no sé si feliz o no. Del amor no sé gran cosa pues, aunque he estado enamorado, no he tenido la oportunidad de vivir diario con otra persona a la que deba aguantarle sus olores, humores y manías, ni tampoco quien soporte mis defectos –concluí.
–Es decir, por siempre, ¿me debo aguantar las ganas de probar si es bueno o no estar casado o soltero? ¡Bonito panorama me sugieres: dejar que la vida pase, ¡la inacción para no tener derecho a equivocarme! ¡Cero ingresos y cero gastos! ¡Ningún riesgo y ninguna satisfacción ni sufrimiento! ¿Para qué nacer si ...