Alejandro, el blanquito
Fecha: 30/06/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: MirassoMauricio, Fuente: CuentoRelatos
... Mauricio, ¡¿estás seguro de que es tu hijo?! Yo les respondo que no sé, que no estoy del todo seguro”. Y el albino rio, rio y rio como nunca lo hizo desde que puso sus pies en su nuevo país. Ese comentario le causó tanta gracia, que su carcajada se escuchó por todo el local. Parecía un niño. Se escuchó a tal punto que el dueño del lugar, un anciano a quien no le gustaban los ruidos estridentes, se bajó del piso de arriba preguntando qué estaba pasando. El amerindio habló por él.
“Tranquilo hombre, estamos entre amigos”.
Como bien se dijo en un principio, Alejandro seguía teniendo presencia en la vida de Inés, pero no era una presencia comparable a una luz apenas perceptible, él y ella seguían en contacto casi a diario por correo electrónico o por mensajería móvil. Y no era que conversaban de asuntos solamente banales. Ésta le hablaba de sus problemas de convivencia con Sebastián, de las dificultades que todavía tiene para adaptarse a la vida en pareja, e incluso de sus a veces fuertes deseos de querer terminar su relación con él, y de mandarlo al diablo. No era inofensivo ni tampoco inocente lo que hacía, y lo sabía bien. Ella quería que el albino reaccionara. No quería sus condolencias, menos su condescendencia. Quería que le dijera lo que realmente pensaba de todo ello, y lo más importante, quería que le dijera lo que realmente pensaba de ella. Incluso no vacilaba nunca al decirle lo mucho que extrañaba su cercanía o las palabras bonitas que le decía delante de quien ...
... fue su amigo desde los seis años, y de lo mucho que ha llorado cuando se fue.
“Te extraño, mi bicho”, es lo que solía decirle Inés por teléfono, durante sus quince minutos de descanso en la panadería, que casi siempre tiene clientela. Entre varias llamadas, hubo un día Alejandro fue más allá de sus propias líneas de auto-censura, hacia donde ésta quería que llegara, y le dijo, titubeante, algo mucho más contundente al otro lado del móvil, que ya venía días preparando en su cabeza:
“No me gusta decirte que te extraño Inés. No me gusta nada, es una de las cosas que más detesto hacer. Porque extrañarte me duele, me duele mucho. En lugar de eso preferiría tenerte cerca de mío para juntar tu boca con mi boca, entrelazar tu lengua con mi lengua, que tiene ganas reales de pecar contigo, pensando que estoy haciendo uno de los mejores viajes de mi vida. Poner mi mejilla contra la tuya y coquetear con la idea de que estoy realizando uno de los viajes más lindos de mi vida. Recorrer tu tibio cuello con mis labios e imaginar que estoy haciendo uno de los viajes más inolvidables de mi vida. Meterme en tu cabello con mi nariz a ojos cerrados, usando la misma calma con que tarda en fundirse la miel en una taza de té de limón, y sentir que estoy realizando uno de los más hermosos viajes de mi vida. Explorar tus piernas rutilantes con mis besos, descubrir tu espalda a través de mis besos, y fantasear con la idea de que estoy haciendo uno de los viajes más memorables de mi vida”.
Inés ...