1. Eran las tres de la mañana


    Fecha: 28/06/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Maduro Salido, Fuente: CuentoRelatos

    ... regalo? ¿Qué tipo de regalo?
    
    - Lo que usted quiera, aunque lo cierto es que me iría muy bien poder elegir lo que más me guste y, para ello, lo mejor es el dinero.
    
    La amiga de dieciocho años que mi hija había traído a dormir a mi casa era una putita colegiala. Joder. Y en ese momento, como si me estuviera leyendo el pensamiento a través de mis ojos de pazguato abiertos como platos y sin pestañear desde hacía rato, como si me reprendiera pero con un tono suave, infantil y pícaro en su voz, me dice:
    
    - No soy una putita ¿sabe? No cobro por sexo, no está obligado a darme absolutamente nada, bueno, si me da un poco de placer mejor, pero si no me da ni eso tampoco pasa nada. Creo, por lo que he visto abajo, que usted está necesitado de un poco de cariño y estoy dispuesto a dárselo y no lo hago a cambio de dinero. Por eso no soy una putita.
    
    - Vale, yo ... –Soy gilipollas, me ha delatado mi cara- Debió ver que no sabía cómo reaccionar y tomó la iniciativa absolutamente y lo hizo de tal modo que ni me di cuenta, me parecía que yo estaba controlando lo que hacía, cuando en realidad no había dicho más de once palabras en mis últimas cinco intervenciones. La verdad, no necesitaba hablar y, aunque la situación era de los más excitante, la tenía tan pequeña que me daba vergüenza imaginar que la pudiera ver así.
    
    - ¿Qué le apetece hacer?
    
    Mientras me desabrochaba la camisa, ni me había dado cuenta de que ya me había quitado una rebeca con cremallera, que estoy seguro que ...
    ... llevaba puesta, empezó a besarme el pezón izquierdo, recuerdo perfectamente que era el izquierdo y que mi polla empezaba a tomar forma para mi tranquilidad, en ese momento reaccioné.
    
    - Perdona un momento, voy a asearme un poco, no tardo nada. Ponte cómoda y no te quites el pijama por favor. ¿Te apetece algo? ¿Un vaso de agua o de leche? Lo que sea.
    
    Lo dije de un tirón y sin respirar, estaba más nervioso que el día de mi boda o el de mi primera vez.
    
    - Nada, sólo que no tarde usted mucho, o se nos va a hacer muy tarde.
    
    Había tomado, por un momento, la iniciativa y ya estaba bloqueado por una duda: ¿se nos iba a hacer muy tarde porque era algo desagradable que se le hacía largo o porque contaba con estar ocupada bastante tiempo y ansiaba empezar? Mientras lo pensaba, le pedí que abriera la puerta y viera si el pasillo estaba despejado y todo tranquilo. No quería ni pensar lo que podía pasar si me pillaban saliendo de la habitación y, encima, sin haber hecho nada, salí y me fui a mi baño pasando junto a mi esposa comprobando que estaba roque. Me limpie a toda velocidad los dientes y enjuague la boca con elixir, intentando no hacer mucho ruido. Me baje los pantalones y me quité los calzoncillos, me limpie bien los genitales y me subí los pantalones sin calzoncillos. Me apetecía ducharme, pero iba a hacer ruido y tardar demasiado. Salí de mi habitación y me dirigí a la de mi hijo que estaba abierta. Cerré tras entrar y vi a la niña acostadita y tapada. Me acosté a su lado, ...
«1234...11»