1. HASTA LA CIMA - TERCERA PARTE


    Fecha: 04/08/2023, Categorías: Infidelidad Autor: maia24, Fuente: RelatosEróticos

    ... sumergido en el sopor de los efectos de un narcótico. Adrián enterraba sus manos llenas de ansia en mi cabello, despeinándolo y dejando en él la marca tan característica del sexo. La punta fría de la nariz de Marena me recorría la curva del cuello con gracia mientras nuestros cuerpos se atraían como una danza celeste, abstraídos por la inercia, y cuando por fin chocaron alterando el orden de las cosas nos besamos los unos a los otros como si el secreto de la existencia se encontrase en nuestros labios.
    
    Fui yo quien desnudé a Marena mientras el flash de la cámara de Adrián parpadeaba sobre nuestra piel. Y soñé con las fotografías que nunca miré, imágenes eróticas de dos mujeres en blanco y negro sobre una ciudad dormida. Adrián dejó la cámara en automático para desnudarme a mí con el mismo cariño de siempre, y entre las dos nos encargamos de Adrián. Me arrodillé para desabrochar su cinturón mientras Marena se deshacía de la polera. Antes de que todo fuera inevitable, Adrián se aseguró de trabar la puerta de entrada hacia la cima del edificio y, una vez que lo había logrado, nos encontramos completamente libres.
    
    —Lamento lo de tu padre —susurró Marena en el medio de los besos y de las caricias.
    
    Con mis labios descubrí que llevaba el rostro mojado, y con la lengua saboreé el gusto a sal de las lágrimas que se habían perdido sobre sus mejillas.
    
    —Y yo lamento lo de Manuel —bisbiseé besando el rostro de Marena.
    
    Marena asintió, como si aquel intercambio de ...
    ... condolencias hubiesen sido algún tipo de ritual de iniciación. Asintió dando por bueno lo que estaba por venir.
    
    Fue ese asentimiento el que la llevó a recostarse sobre las mantas frescas y extendidas en el tejado, para abrir las piernas frente a mí y entregarse por completo. Me arrodillé frente a ella con los ojos perdidos en su sexo. Jamás había visto a una mujer desnuda, y de haberlo imaginado jamás habría concebido una perfección así. El cuerpo desnudo y en reposo de Marena se parecía a la caja de resonancia en el cuerpo de una guitarra. Sus piernas desnudas, abiertas y flexionadas formaban su cadera de curvas impresionantes, cuervas que moldearon su cintura y delinearon unos senos que parecían estar viendo las estrellas.
    
    El monte de Venus, situado debajo de su ombligo, era una pequeña elevación no muy pronunciada en forma de triángulo invertido libre de cualquier tipo de vello púbico. Llevé mi mano ahí para sentir la suavidad de su pubis y escuché a Marena quejarse suavemente. Soñé con la forma en que había bajado mi mano hasta encontrar sus labios, carnosos y gruesos, y como había deslizado el pulgar entre ellos para sentir el calor de Marena, la humedad y su textura lisa. Sin pensarlo, me llevé el pulgar a la boca.
    
    Marena sabía bien.
    
    Recorrí su entrepierna con mi lengua, como imaginaba que Adrián lo hacía cuando lograba que yo gritara de placer. Mordisqueé sus ingles, sus labios, marqué el camino con mi dedo hasta la entrada de su vagina y lo deslicé suavemente hacia ...
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