El regalo: Un antes y un después (Vigésima parte)
Fecha: 06/08/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... y la de su familia, también por el bien de su matrimonio y recuperar la confianza perdida en su mujer. De mis pensamientos me sacó la delicada voz de una mujer que se acercó a pedirme fuego, y así sin fijarme demasiado, tomé de mi bolso el encendedor y se lo entregué. Era una señora muy elegante, que vestía un traje sastre azul marino que combinaba muy bien con el color de sus zapatos de tacón y unas preciosas medias veladas color piel, enmalladas y adornadas con pedrería resplandeciente. El ovalado marco grueso y de lentes grandes muy oscuros me impidió ver directamente a sus ojos. Graciosamente me sonrió y entregándome el encendedor con delicadeza, se despidió dándome las gracias y lanzándome un beso por el aire, prosiguió su camino, ondeando tras de sí los extremos de la mascada de seda colorida que usaba en su cabeza a modo de diadema.
Me puse en pie después de acabar de fumar y me dirigí a un Starbucks cercano pero desafortunadamente estaba a tope de personas, por lo tanto caminé otras dos calles hasta ubicar otra cafetería algo menos concurrida. También las sillas estaban ocupadas pero me di cuenta de que una pareja de ancianos se levantaban de una de las pequeñas mesas que daban a una de las ventanas y con agilidad hice posesión de ella, golpeándome por apresurada, mi cabeza contra un extintor rojo que estaba a mi espalda.
Llevé mi mano derecha hasta la parte lastimada y me froté con ganas, obviamente con mucha pena con las personas que se habían dado cuenta ...
... por mi torpeza. Tomé mi móvil y envié un mensaje a don Hugo para indicarle mi ubicación. Una chica muy gentil se acercó para tomar mi pedido, de manera que mientras esperaba a mi jefe, le solicité un café.
Tras unos minutos de espera, dando pequeños sorbos a la caliente bebida, apareció mi jefe hablando por su teléfono, miró alrededor hasta que me ubicó. Sin embargo siguió con su móvil pegado a su oreja y finalmente sonriendo colgó.
—Hola Silvia, ehh… ¿No había un lugar más cercano? —Y sonriente tomó mi mano entre las suyas.
—Hola jefe, es que los demás sitios estaban congestionados de personas. —Sutilmente retiré mi mano de entre las suyas, acto que no le agradó.
Con su brazo en alto llamó la atención de una de las dependientas y al final, la muchacha que me había atendido se acercó. Él solicitó también un café y cuando la joven se había retirado me habló.
—Y bien Silvia… ¿A que debo el honor? —Sin saber por dónde comenzar tan solo le pregunté…
—Pues vera jefe, quería hablar con usted para pedirle un favor… —Pero él, acercándose a mí por encima de la pequeña mesa de madera, me miró con sus ojos grises bien abiertos y una expresión de picardía en su rostro, interrumpiéndome.
—Solo si tú me haces otro. Por favor cuando estemos juntos y solos, no te dirijas a mi como tu jefe. Aquí fuera para ti soy Hugo, simplemente Hugo. ¿Te parece? —Yo asentí, un poco intimidada.
—Bueno como le decía don H… Hugo. Como le decía, me agradó mucho verlo en compañía de sus ...