Y finalmente... ella y tu regalo (Tercera parte)
Fecha: 13/08/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... me llevo a tu maridito para pasar con él una noche completa de sexo tórrido y salvaje. Porque nenita, tu Rodrigo… ¡Va a darme mi despedida de soltera! —Y Silvia no podía ni sabía cómo salir de su asombro.
—¡Ahhh! Pero no me hagas esa carita de desconcierto. —Continuaba Paola fustigando a Silvia. —Mira qué mañana temprano te lo regreso. Y te juro por lo más sagrado, que Rocky, nunca más tendrá sexo conmigo. Eso sí, va a llegar cansadito, con hambre pero sin ganas de ti, ¡Jajaja!
—Pero Silvia, si te aclaro algo… ¡Voy a volver!... Pero volveré por ti, no lo dudes mi putita hermosa, nos faltan huequitos por explorar. —Y Paola se dirigió hacia la puerta, en tanto que Silvia me miraba bastante alarmada.
—¿Rodrigo?... Mi amor, no te vayas, en serio… ¡No me dejes! —Mientras lo decía, mi esposa se abrazaba arrodillada como estaba, a mis piernas y empezaba a llorar.
—Creo, Cariño mío, que no estábamos tan a la par como yo pensaba. Disfrutaste tu noche y la madrugada, por partida doble. —Y me zafé con delicada firmeza de su amarre diciéndole... —¡Silvia, mi amor! Dos veces van ya, en que me has pagado con traición. Yo, como lo has vivido y sentido, he canjeado mi dolor por tu placer.
—Hmm ¡Por cierto mi Cielo!... Ehh, como no voy a tener mucho tiempo libre y mi boca al igual que las ...
... manos, van a estar bastante ocupadas, de una vez te lo digo y me ahorro eso de enviar mensajitos, por favor… ¡No me esperes despierta!
Y me dispuse a salir del piso acompañado por mi rubia y seductora cómplice. Pero una Silvia, convertida en una derrotada Magdalena, abatida e hincada de rodillas y llorando casi lágrimas de sangre, gritó desde su sitio de penitencia en el centro de la sala…
—¡Es mentira mi Amor, es mentiraaa! No pasó nada, no hice nadaaa. Créeme por favor, te mentí… Les mentí a los dos, lo juro ¡Te lo juro por nuestros hijos! —Por esas últimas palabras dichas, me giré y debajo del marco de la puerta, le dije a Silvia…
—A nuestros hijos los dejamos fuera de nuestros problemas. ¿Ok? A ellos no los metas en esto. —Y dando un portazo, me llevé de la mano a mi rubia Barranquillera y a la gestora de mi dulce venganza, en búsqueda de un buen hotel.
—¡Ajá Rocky! ¿Y tú le crees? —Me preguntó Paola, ya bajando en el elevador.
—¡Y como saberlo! —Le respondí, alzando mis hombros y apretando mis labios.
En ese momento entró a mi móvil una llamada. Pensé de primera que fuera Silvia para insistirme en regresar, pero no. La llamada entrante era de un número privado. ¡Desconocido!
Tome la llamada y contesté.
—¡Hola!... ¿Rodrigo?
—¿Martha?... ¿Eres tú?
¿Fin?