Y finalmente... ella y tu regalo (Tercera parte)
Fecha: 13/08/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... fui al trabajo, ya sin besos como antes. Sin un ¡te amo y que te vaya bien! como siempre lo solíamos hacer.
Encendí el móvil en la calle para buscar la aplicación y no desgastarme corriendo detrás de uno o de otro taxi. Tenía varias llamadas perdidas, tres de Lara, una de “El Puertas” y apenas una de ella. Y un mensaje de voz… ¡Esperanzador!
Estaba por ingresar a la sala de juntas para la reunión de ventas con el Gerente Comercial, cuando recibí una llamada de Silvia…
—¿Dime? —Respondí seco. —¡Estoy por entrar a la reunión de fin de mes! Y luego esperé a que me contestara. Un corto silencio y sonido posterior de un suspiro. ¡No! no mío, de ella.
—Rodrigo… ¡Puff! ¿Entonces cuando te desocupes me llamas? ¡Tenemos que hablar! —La notaba seria, cortada. ¿Confundida? Tal vez… ¿Avergonzada? No lo sabía, pero para nada en su voz percibí la angustia por su traición. Al contrario, ella se encontraba muy serena.
—Perfecto, tan pronto pueda. ¿Ya estás en tu oficina? —Le pregunté como una mera formalidad, un trámite de rigurosa caballerosidad.
—Aún no, de hecho creo que no voy a ir hoy. Voy a llamar a Hugo y decirle que estoy indispuesta, que por favor me excuse por hoy y ya el lunes próximo retomamos las labores. De paso recojo los niños donde mi mamá y me quedo aquí descansando todo el día. —¿Hugo? ¡Pero que familiaridad! Ya no era el Jefe, ¡no! Hugo ya era alguien más de confianza, obviamente. ¿Qué tan íntimo?
—¡Bueno estupendo! Besos a los niños y diles que los ...
... amo. Más tarde los llamo a tu teléfono y hablo un momento con ellos. ¡Adiós! —Y colgué la llamada, sin esperar su respuesta.
En la sala de juntas nos fuimos reuniendo todos los vendedores, acomodándonos en las sillas, a excepción de mi rubia Barranquillera que para variar se le había hecho tarde. La reunión empezó con los trámites de siempre, las quejas por las bajas ventas, los interrogantes sobre las posibles causas, las metas del mes que no parecían llegar a cumplirse, y bla, bla, bla. Entonces el gerente fue interrumpido por la llegada como siempre risueña de Paola, excusándose por el retraso y regalándome una mirada pícara, fue a sentarse en la única silla vacía, la que quedaba a la izquierda mía.
Más temas, exposiciones del uno y del otro acerca de la competencia, en fin, aburridora, salvo por las cogidas de mano por debajo de la mesa entre mi rubia y yo. Afortunadamente la reunión no se alargó más allá de las dos horas y pudimos salir para tomar algo en una cafetería cercana, donde Paola me atrapó con su mirada esmeralda.
—¿Y bien? Algo te sucede. ¿Nene, me vas a contar? —El famoso sexto sentido de ellas se había puesto en marcha, así que no tuve más remedio que desembuchar los acontecimientos de la noche anterior. ¡Todo! Le conté todo con pelos y señales. Mi Barranquillera no salía del asombro. Su boca permanecía entre abierta, humedecida por ratos con la punta de su lengua. Tomamos el café y de regreso al concesionario, Paola me detuvo antes de ingresar y me ...